El régimen chavista, fiel a su amistad con la dictadura cubana, continúa suministrando crudo a la isla debido a que esta lo necesita para producir electricidad. Nicolás Maduro está usando para tal fin un buque sancionado por Estados Unidos. Se le conoce como Nolan, tiene bandera panameña y llevará 1,53 millones de barriles en total dividido entre 400.000 de fueloil y 1,13 millones de petróleo pesado.
El barco zarpará a la isla a finales de marzo. Mientras tanto, está cargando en la Terminal de José en Venezuela, de acuerdo al reporte de Reuters luego de consultar documentos marítimos. La agencia de noticias destaca que se trata de «un volumen inusualmente grande» para ayudar a su cómplice político.
Y es que Cuba está sumida en apagones. A finales de febrero pasado hubo uno que afectó a la mitad de la isla y se convirtió en la tercera gran falla eléctrica en menos de nueve días. Para el 7 de marzo la empresa estatal Unión Eléctrica de Cuba (UNE) anunciaba apagones que iban a afectar a 23 % del país durante el horario de mayor consumo.
La producción de energía eléctrica en Cuba depende de las centrales termoeléctricas, que consumen aproximadamente 40% de los combustibles derivados del petróleo, para generar más del 80% de la electricidad total producida. De ahí la urgencia del castrismo y el salvavidas que arroja Maduro, con su propia industria petrolera destruida, dependiente de la mano de obra de otros aliados, pero con cierto respiro comercial tras flexibilizaciones del gobierno de Joe Biden en EE. UU.
Buque sancionado y Hezbolá
El Departamento del Tesoro de EE. UU. fue el encargado de publicar en noviembre de 2022 que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) decidió incluir en su lista negra a «miembros de una red internacional de contrabando que facilitó el comercio de petróleo y generó ingresos para Hezbolá y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica-Fuerza Quds (IRGC-QF)», allí figuró el buque sancionado. Lo hizo bajo la Orden Ejecutiva (EO) 13224, «que apunta a terroristas, organizaciones terroristas, líderes y funcionarios de grupos terroristas, y aquellos que brindan apoyo a terroristas o actos de terrorismo».
Fue en el año 2000 cuando el actualmente fallecido dictador Hugo Chávez garantizó a su entonces homólogo cubano, Fidel Castro, el suministro de crudo a tasas preferenciales. Tiempo atrás, cuando aún era candidato a la presidencia, Chávez aseveró en una entrevista televisada que en la isla gobernaba una dictadura. Pero aquella afirmación quedó en el olvido para tender la mano al opresivo castrismo. El acuerdo todavía se mantiene con Nicolás Maduro.
En contraste con aquella época, el envío de barriles mermó luego de que terminó la bonanza petrolera venezolana y el precio cayó en el mercado internacional. A eso se suma que PDVSA, la estatal venezolana, se hundió en el abandono por la falta de inversión y el éxodo de profesionales. Tal como menciona la agencia de noticias, el suministro venezolano a Cuba cayó 6 % el año pasado. Un golpe duro para la isla, para la imagen del régimen y los ciudadanos que padecen constantes apagones.