Entre el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y Walt Disney Co hay una disputa que está lejos de culminar. Aunque las aguas parecían haberse calmado en cuanto al tema del distrito autónomo especial, el conflicto se reavivó porque la empresa de películas y productos infantiles hizo una maniobra bajo la mesa que le quitó facultades a la nueva junta de supervisión a cargo.
En pocas palabras, el tema se complicó. El pasado 27 de febrero descubrieron un acuerdo basado en los descendientes de la familia real británica. El documento activado por Disney “continuará vigente hasta 21 años después de la muerte del último superviviente de los descendientes del Rey Carlos III”, replicó CNBC. Es decir, va a durar décadas. Pero además de toda la cuestión legal, hay otra batalla que se está librando en el terreno político entre demócratas y republicanos.
El protagonismo en el enfrentamiento emprendido por parte del Partido Demócrata se lo lleva Hillary Clinton, esposa del expresidente Bill Clinton y otrora candidata derrotada por Donald Trump en las elecciones de 2016. En un nuevo intento por ocupar titulares, publicó un mensaje sobre la disputa. La cuestión es que parece usar a la compañía progresista como excusa para declararle la “guerra” a uno de los posibles candidatos republicanos para las presidenciales de 2024.
“Mientras los republicanos le declaran la guerra a Disney, sé de qué lado estoy”, dijo Clinton, acompañando el texto con una foto antigua de ella y su familia posando con el pato Donald. Las críticas no se hicieron esperar.
Intención electoral de Clinton
No es un secreto que el nombre de Hillary Clinton suena dentro del Partido Demócrata para presentarse en 2024. El actual presidente Joe Biden no parece ser una opción por su debilidad como líder político y su avanzada edad, tampoco la vicepresidente Kamala Harris. Por eso suenan nombres como el de la exsecretaria de Estado; el del gobernador de California, Gavin Newsom; y hasta el de la exprimera dama Michelle Obama.
Aunque probablemente Clinton alberga esperanzas políticas luego de su derrota hace siete años, lo cierto es que las respuestas por su mensaje de Twitter fueron un escarmiento.
“¡A todos nos encantaba Disney hasta que empezaron a tratar de sexualizar a nuestros hijos! Alimentarlos a la fuerza con tonterías LBGTQ también. IDC lo que hacen los adultos o lo que creen que son, ¡pero manténganse alejados de nuestros niños! ¡Gay o heterosexual, la sexualización de cualquier tipo nunca debería ocurrir!”, escribió el excandidato al Congreso de Arizona, Josh Barnett.
No se equivoca. Los seguidores de los clásicos de Disney —hoy muchos en el rol de padres— ven cómo las historias se desmoronan dirigidas por una empresa que se preocupa más en seguir a colectivos progresistas gracias a las ganancias que eso les genera. Eso fue lo que agravó la disputa contra el gobernador DeSantis. La compañía criticó a principio de 2022 la aprobación de la ley HB 1557 que prohíbe tratar temas de supuesta educación sexual cuando la edad de los niños no es la adecuada.
Polémica perfecta rumbo a las presidenciales
Es innegable que el enfrentamiento entre Disney y el gobernador Ron DeSantis levanta todo tipo de opiniones y es, en resumen, un tema álgido. El expresidente Donald Trump se pronunció al respecto y no precisamente a favor de su compañero de partido. Después de todo, es la coyuntura perfecta para que posibles candidatos opinen a favor o en contra.
Lo que llama la atención es cómo Hillary Clinton recurre a una retórica bélica al hablar de “guerra” y menciona de qué lado está ella. Así, empeora la división política entre ambos partidos y sus votantes en EE. UU. Otro que manifestó diferencias con DeSantis fue el exgobernador republicano de Nueva Jersey, Chris Christie.
A su juicio, el mandatario de Florida “debería haber previsto el movimiento de última hora de Disney para asegurar los derechos de desarrollo a largo plazo”. Pero de nuevo surgen intereses. Christie “es un candidato potencial para la nominación del Partido Republicano en 2024”, expuso el New York Post.