CARACAS.- Para Nicolás Maduro la disputa de Esequibo es una oportunidad para recabar apoyo interno y distraer a los venezolanos de las presiones que recibe el régimen chavista de parte de la comunidad internacional que le pide gestos democráticos de cara a las elecciones presidenciales de 2024 y la liberación de los presos políticos.
De acuerdo a analistas, el referendo del pasado 3 de diciembre fue para el régimen un «ensayo» de lo que pueden ser las presidenciales del próximo año y para medir la movilización de cara a esos comicios.
«Fue como una especie de globo de ensayo de cara a las elecciones presidenciales» para medir la «capacidad de movilización y tratar de afinar su estrategia para 2024», dijo el abogado Mariano de Alba, asesor del International Crisis Group.
Dos días después del referendo, Maduro ordenó explorar y explotar de forma inmediata el petróleo, gas y minas del territorio del Esequibo, un día después de anunciar que ganó el “sí” en el referéndum planteado para reclamar soberanía sobre ese sector.
En un acto de gobierno transmitido en cadena de radio y televisión, Maduro dispuso que “de inmediato” se proceda “a conceder las licencias operativas para la exploración y explotación de petróleo, gas y minas en todo el área de nuestra Guayana Esequiba» y para ello, ordenó la creación de filiales locales de Corporación Estatal Petróleos de Venezuela S.A, (PDVSA) y de Corporación Venezolana de Guayana (CVG).
Para De Alba los decretos emitidos por Maduro son «simbólicos» y tendría la intención de «hacer ver que están actuando para recuperar» el Esequibo.
«Por ahora no parecen tener previsto ingresar al territorio en disputa por la condena internacional que eso generaría y los riesgos de que Guyana responda”, dice De Alba a El Tiempo.
Antes de la consulta del 3 de diciembre, los venezolanos fueron bombardeados durante semanas con canciones sobre Esequibo, además de lecciones de historia televisadas, mítines y contenido en redes sociales. Pero todo esto parece haber tenido el efecto contrario.
El régimen sostiene que unos 10.5 millones de personas -poco más de la mitad de los llamados a votar- participaron en el referendo, pero periodistas y testigos en los centros de votación apuntaron que las largas filas habituales en las jornadas electorales en el país nunca llegaron a formarse.
El régimen insiste en que se aprobó rechazar «por todos los medios» la frontera de 1899, convertir el Esequibo en un estado, conceder a los residentes la ciudadanía venezolana y rechazar la jurisdicción de la corte de la ONU sobre la disputa.
Carlos Zambrano, profesor y analista de temas regionales, dijo que lo que Maduro busca es «apelar al nacionalismo y seguir en el poder ya sea suspendiendo elecciones al declarar un estado de excepción o agrupando fuerzas».
Riesgos
Para el profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Alejandro Linares, Venezuela estaría cometiendo un error si usa el referendo del 3 de diciembre como «escudo» para dejar de lado el proceso en la Corte Internacional de Justicia (CIJ). El analista advierte que Venezuela no debe desligarse del juicio en la CIJ. Recordó que en 2024, el país caribeño deberá presentar sus argumentos para defender su titularidad sobre el territorio del Esequibo.
«Venezuela terminó siendo parte de un juicio en el que no quería participar, pero del que ahora no debería desligarse. Abandonar el espacio dentro de la Corte Internacional de Justicia representaría una equivocación, porque estaría echando por tierra la posibilidad de defender ante la Corte la titularidad con respecto al Esequibo. Por esa razón, utilizar el referendo como escudo o argumento para optar por no seguir dentro de la Corte Internacional de Justicia sería una equivocación, porque estaría perdiendo su oportunidad de defender su titularidad sobre el Esequibo», estimó Linares.
El analista también alertó que crear un estado esequibo y añadirlo al mapa también es «un riesgo», ya que «dejaría muy mal a la parte venezolana dentro de la Corte Internacional de Justicia» y avivaría las tensiones entre los dos países «y ello podría llevar la situación a un punto de conflicto que no es conveniente para la población venezolana».
Maduro e Irfaan Ali, presidente de Guyana, tienen prevista una reunión en San Vicente y las Granadinas este jueves 14 de diciembre.