LIMA.- El Gobierno de Perú declaró estado de emergencia en toda la frontera norte del país, colindante con Ecuador, como respuesta al recrudecimiento de la violencia en el país vecino, que llevó a catalogar la situación como un «conflicto armado interno» desencadenado por grupos «narcoterroristas».
La presidenta Dina Boluarte respaldó la medida tomada por el primer ministro Alberto Otárola, tras los incidentes violentos en Guayaquil, Ecuador, donde encapuchados armados tomaron las instalaciones del canal TC Televisión.
El ministro del Interior, Víctor Torres Falcón, ordenó el envío inmediato de un contingente de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) de la Policía Nacional de Perú para reforzar la seguridad en la frontera con Ecuador, según informó el Ministerio del Interior en un comunicado.
El organismo encargado del control migratorio de Perú reportó una baja afluencia de personas en diversos puntos fronterizos, donde se coordina con la Policía para mantener la seguridad. Mientras tanto, el Ministerio de Exteriores de Perú condenó enérgicamente los actos de violencia en Ecuador, señalando que vulneran los derechos fundamentales de los ecuatorianos y representan una amenaza para la seguridad del país vecino.
El Ejecutivo de Boluarte expresó su respaldo al presidente ecuatoriano Daniel Noboa y a la institucionalidad democrática en Ecuador, manifestando su deseo de un pronto restablecimiento de la paz y seguridad en el país hermano.
«He firmado el decreto ejecutivo declarando Conflicto Armado Interno», expresó Noboa por la red social X en medio del estado de excepción por 60 días que había dictado el lunes, cuando inició el secuestro de policías, ataques a la prensa y motines carcelarios.
Noboa, de 36 años, ordenó además a las Fuerzas Armadas «ejecutar operaciones militares (…) para neutralizar» a una veintena de grupos criminales a los que tildó de «organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes».
La situación en la región genera preocupación, y la comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, esperando que las medidas tomadas contribuyan a estabilizar la situación en la zona afectada.