Máxima seguridad perimetral, inhibición de señal celular y satelital, así como guardias sin rostros serán algunas de las característica que incluirán las “Cárceles de Alta Seguridad”, anunciadas por el presidente de Ecuador, Daniel Noboa y que estarán ubicadas en las provincias de Pastaza y Santa Elena.
Para el mandatario “es el inicio de un urgente saneamiento del sistema penitenciario ecuatoriano que ha estado durante décadas controlado por las mafias”. Sumado a eso, el anuncio de estas estructuras acerca al país sudamericano a las políticas que lleva adelante el gobierno de Nayib Bukele en El Salvador con la megacárcel que alberga a presos y miembros de las pandillas que tenían en vilo a la población de esa nación centroamericana.
Aunque queda un largo trecho por recorrer en materia de seguridad, de dar resultado los planes de Noboa, Ecuador podría no solo frenar la oleada de violencia que detonó el 9 de enero con ataques de grupos criminales en distintos puntos del país, sino también pondría finalmente mano dura contra las 22 agrupaciones terroristas incluidas en el decreto donde se declara el “conflicto armado interno”. Por ahora, hay 178 trabajadores de prisiones retenidos en motines en siete cárceles y un despliegue del ejército que ha logrado la detención de “329 terroristas”, según el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Jaime Vela.
Noboa contrata constructora de megacárcel de Bukele
El propio Daniel Noboa destacó las semejanzas de las nuevas cárceles de Ecuador con las de El Salvador con el fin de controlar el terrorismo y el crimen organizado. En detalle, las cárceles tendrán capacidad de custodiar a 736 presos en tres módulos: uno de alta seguridad, con 160 celdas donde alojarán a cuatro reos en cada una; el segundo módulo, de máxima seguridad, tendrá 32 celdas para alojar dos presos cada una; y el tercer módulo, de súper máxima seguridad, estará destinado a 32 reos “con un alto nivel de peligrosidad, uno por celda”. Respecto al tiempo de construcción, el mandatario ecuatoriano había detallado días atrás que “van a estar listas en 10 a 11 meses” y que “van a ser igualitas, porque es la misma compañía, bajo el mismo diseño, que hizo las cárceles de máxima seguridad en México y que las hizo en El Salvador”.
Los resultados para El Salvador han sido evidentes. Según el gobierno de Bukele, la tasa de homicidios el año pasado se redujo a 2,4 por cada 100.000 habitantes. En cambio, en 2022 era de 7,8 y en 2021 fue de 18,1 por cada 100.000 habitantes, no solo por la megacárcel sino por los operativos que ejecutó para contrarrestar los crímenes. Aunque su Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) tiene la capacidad de albergar a 40000 presos y es considerada la más grande de América, Noboa también apunta a un ambicioso pero efectivo plan contra las bandas organizadas para sacar a Ecuador del podio como el país más violento de la región.
Fuga de narcotraficantes
En diciembre pasado —y dos semanas luego de juramentado— Noboa revelaba otro de sus planes para Ecuador: los barcos-prisiones para líderes de las bandas criminales. El plan es ubicarlos a 129 kilómetros de la costa en el Pacífico y está enmarcado en lo que denominó “Plan Fénix”.
Como resultado, Ecuador podría disminuir en gran medida su historial delictivo y de terrorismo por bandas organizadas que muestran similitudes con la actuación del Tren de Aragua, una megabanda venezolana que extiende sus operaciones por varios países de la región.
En el listado de asuntos pendientes por resolver está la fuga de la Penitenciaría del Litoral en Guayaquil de Adolfo Macías, alias ‘Fito’ y cabecilla de Los Choneros, una de las bandas más peligrosas del país. Así como la recaptura de presos que se fugaron de la cárcel de Riobamba. Fabricio Colón Pico, alias ‘El Salvaje’ está entre los fugados. Es quien amenazó de muerte a la fiscal general Diana Salazar.