LA HABANA.- El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel reconoció la severidad del controvertido «paquetazo» económico anunciado en diciembre, pero acusó a la «contrarrevolución de desacreditar» las medidas que golpearán la ya deteriorada vida de los cubanos.
Durante su visita a Bahía Honda, en Artemisa, Díaz-Canel emprendió un discurso con el objetivo de «persuadir» a la población sobre lo necesario de las medidas, sin ofrecer una explicación clara sobre en qué consiste lo que llama «necesidad de ordenar» la economía cubana ni asumir responsabilidad por el desorden actual, así lo precisa Diario de Cuba.
El gobernante, que emprendió este recorrido después del fracaso de su ministro de Economía, Alejandro Gil, en relación con la Tarea Ordenamiento, despertó escepticismo entre la población, que recuerda experiencias pasadas de promesas incumplidas por parte del régimen, y un fracaso consistente durante 65 años que empobrece cada vez más a los cubanos.
En tal sentido, Díaz-Canel no logró disipar las preocupaciones sobre el impacto negativo en los ciudadanos comunes y pequeños empresarios. La falta de claridad en sus declaraciones sobre la aplicación de las medidas y la ausencia de soluciones tangibles alimentan la desconfianza.
El aumento en las tarifas de electricidad y los precios del combustible generó inquietudes sobre la posibilidad de que los negocios privados aumenten los costos, afectando aún más a la población. Los críticos sostienen que estas medidas podrían agravar la situación económica en lugar de resolverla.
Díaz-Canel hizo un llamado a confiar en el «talento propio» y a abandonar la «resistencia creativa», pero los detractores interpretan estas palabras como un intento de desviar la atención de la falta de soluciones concretas y reales a los problemas económicos que afectan a la población cubana.