Los muertos por la pandemia de Covid-19 en Brasil llegaron a 553 este lunes 6-A, cuando la cifra de contagiados ascendió a 12.056, según informó el Gobierno de Jair Bolsonaro, líder de una ultraderecha que minimiza el impacto de la pandemia.
Los datos, que representan un aumento de 67 fallecidos y de 926 casos confirmados en relación a la víspera, fueron presentados en una rueda de prensa por cinco viceministros del Gobierno, que este lunes sustituyeron a los titulares de sus despachos, que hasta ahora se ocupaban de presentar diariamente los balances.
Uno de los ausentes en la rueda de prensa fue el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, quien en los últimos días se ha enzarzado en polémicas públicas con el propio Bolsonaro, sobre todo por su defensa de las cuarentenas como forma de frenar la pandemia.
Bolsonaro, que en ocasiones llegó a calificar al coronavirus de «gripecita», se opone a esas medidas restrictivas, convencido de que «el pueblo precisa trabajar» y de que la parálisis económica en que se ha sumido el país tendrá efectos «hasta peores» que la pandemia.
En su pulso público con Mandetta, el gobernante hasta ha llegado a insinuar que piensa en la posibilidad de destituir al ministro, lo que ha dado lugar a una ola de conjeturas sobre su eventual salida, que hasta ahora no ha sido confirmada.
En la rueda de prensa, el Ministerio de Salud informó de que la situación más crítica sigue concentrada en el estado de Sao Paulo, que tiene 44 millones de habitantes y donde se han registrado 304 de los 553 fallecimientos confirmados por coronavirus en el país.
Este mismo lunes, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, decidió prorrogar hasta el próximo 22 de abril la cuarentena decretada hace dos semanas en esa región y que ha paralizado casi por completo al corazón industrial de Brasil, un país con 210 millones de habitantes que espera el pico de la pandemia para dentro de 30 ó 45 días.
En ese sentido, el secretario de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud, Wanderson Oliveira, afirmó que la experiencia de países más desarrollados, como Estados Unidos, Italia o España, dice que el distanciamiento es «efectivo» para contener el contagio y prevenir posibles caos hospitalarios cuando se llegue al pico.
Fuente: Panorama