WASHINGTON — La Corte Suprema de Estados Unidos se ha mostrado escéptica este jueves sobre la inmunidad presidencial absoluta que reclama el expresidente Donald Trump, pero parece dispuesta a emitir un fallo que retrasaría aún más el juicio del republicano por presunta interferencia electoral.
El fallo puede tener repercusiones de gran alcance para el poder ejecutivo, pero también para los múltiples problemas legales de Trump, candidato a las presidenciales de noviembre.
«Estamos escribiendo una norma para la posteridad», dijo el juez Neil Gorsuch, uno de los tres magistrados conservadores nombrados por el expresidente republicano.
Al menos cuatro de los nueve magistrados del tribunal parecieron estar en desacuerdo con un fallo de un tribunal inferior que estipuló que un expresidente no goza de «inmunidad absoluta» por decisiones tomadas estando en el cargo como jefe de Estado.
El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, así se lo dijo a Michael Dreeben, que representaba al fiscal especial Jack Smith. Este último fue quien presentó los cargos de conspiración electoral contra Trump.
«Según leí, dice simplemente: ‘un expresidente puede ser procesado porque está siendo procesado'», afirmó Roberts. «¿Por qué no deberíamos devolver (el caso) al tribunal de apelaciones o emitir un dictamen que aclare que esa no es la ley?»
Enviar el caso nuevamente al tribunal inferior para una revisión adicional retrasaría casi con certeza el juicio por conspiración electoral de Trump hasta después de las elecciones de noviembre, en las que se enfrentará una vez más al demócrata Joe Biden.
El juez Samuel Alito, argumentó que si se niega la inmunidad nada impide en el futuro que un presidente se indulte a sí mismo de «cualquier cosa que posiblemente se le haya acusado de haber cometido».
«No hubo delitos»
El juez Clarence Thomas, preguntó a Dreeben por qué no había habido ningún procesamiento previo contra un expresidente.
La razón «es que no hubo delitos», contestó Dreeben.
Añadió que otorgar «inmunidad absoluta» a los expresidentes los «inmunizaría» de responsabilidad penal por «soborno, traición, sedición, asesinato» y, en el caso de Trump, «por conspirar para utilizar el fraude para anular los resultados de una elección y perpetuarse a sí mismo en el poder», el argumento empleado por los demócratas para eliminar de la contienda electoral a Trump.
Sin inmunidad, preso de «chantaje»
John Sauer, el abogado de Trump, dijo al tribunal que «sin inmunidad presidencial frente a procesos penales no puede haber presidencia tal como la conocemos».
«Cualquier presidente actual se enfrentará de facto al chantaje y la extorsión de sus rivales políticos mientras ocupe el cargo», estimó.
Las tres magistradas progresistas de la Corte Suprema -Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson- y, hasta cierto punto, la conservadora Amy Coney Barrett, rechazaron la inmunidad presidencial general.
«¿No habría un riesgo significativo de que los futuros presidentes se sintieran envalentonados para cometer delitos con desenfreno?», dijo Jackson.
Kagan preguntó si un presidente que «vende secretos nucleares a un adversario extranjero» debería ser inmune a ser procesado». ¿Qué le parece si un presidente ordena a los militares dar un golpe de Estado?»
Sauer respondió que esas hipótesis «suenan muy mal», pero «si es una acción oficial, es necesario que haya un juicio político y una condena» del Congreso antes de que un presidente pueda ser procesado.
Al aceptar a trámite el caso, la Corte Suprema retrasó el comienzo de un juicio en el que se acusa a Trump de supuestamente «conspirar» para alterar los resultados de las elecciones de 2020, que ganó Biden.
El fiscal especial Smith presentó el caso contra Trump, de 77 años, en agosto y ha presionado para que el juicio comenzara en marzo, en medio de la campaña electoral.
La defensa
Los abogados de Trump sostienen que los expresidentes tienen derecho a inmunidad absoluta por sus actos oficiales. De lo contrario, dicen, los procesos por motivos políticos de exmandatarios serían rutinarios y los presidentes no podrían asumir el papel de comandante en jefe si tienen que preocuparse por cargos penales.
Cortes inferiores integradas por jueces nombrados por los demócratas han rechazado esos argumentos, incluyendo un panel de tres jueces en una corte de apelaciones en Washington, D.C.
El caso de conspiración por interferencia electoral presentado por el fiscal especial Jack Smith en Washington es sólo uno de los cuatro casos penales que enfrenta Trump.
El equipo de Smith afirma que quienes redactaron la Constitución nunca tuvieron la intención de que los presidentes estuvieran por encima de la ley y que, en cualquier caso, los actos de los que se acusa a Trump —incluyendo el participar en un plan para incluir electores falsos en estados disputados ganados por Biden— no son de ninguna manera parte de los deberes oficiales de un presidente.
Quejas de Trump
Trump se quejó a periodistas en Nueva York antes de entrar en una corte que le juzga por supuesta falsificación de registros comerciales para «ocultar» un pago a una actriz porno para comprar su silencio por una supuesta relación extramatrimonial antes de las elecciones de 2016.
El expresidente dijo que el juez que preside este caso no le permitió asistir a la audiencia en la Corte Suprema. «Me hubiera encantado estar allí, debería estar allí, pero este juez no lo permitió», lamentó el candidato presidencial republicano. Sin inmunidad «te conviertes en un presidente ceremonial», añadió.
No existe jurisprudencia sobre el asunto, porque hasta Trump ningún antiguo inquilino de la Casa Blanca había sido acusado de un delito.
«Como todo el mundo sabe, Richard Nixon infringió la ley penal», recuerda James Sample, profesor de derecho constitucional en la Universidad de Hofstra.
«Pero, como dimitió y Gerald Ford le indultó, nunca hemos tenido que abordar directamente la noción de un proceso penal contra un expresidente», añade.
El fiscal especial Jack Smith presentó el caso de conspiración electoral contra Trump, de 77 años, en agosto y ha presionado desde entonces para que el juicio comenzara en marzo en plena campaña electoral.