WASHINGTON — Una comisión de alto nivel del gobierno de Estados Unidos viaja a México el miércoles para participar en una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador en la búsqueda de acuerdos para detener la migración irregular sin precedentes que afecta el país.
El Departamento de Estado informó que la comisión está integrada por el secretario de Estado Antony Blinken; el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; y la asesora en Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall.
«El secretario de Estado Blinken dialogará sobre la migración irregular sin precedentes que se registra en el hemisferio occidental e identificará formas en que México y Estados Unidos se proponen abordar los desafíos de seguridad fronteriza, incluidas acciones para posibilitar la reapertura de puertos de ingreso clave en la frontera compartida», dijo el Departamento de Estado.
«El secretario de Estado Blinken reafirmará el compromiso de Estados Unidos con la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección, y destacará la necesidad urgente de vías lícitas y otras medidas de aplicación por parte de socios en toda la región», dice un comunicado del Departamento de Estado.
Miles siguen entrando a diario
La Oficina de Aduana y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) registrá a diario más de 10.000 encuentros de migrantes de manera sostenida desde el mes de agosto.
La crisis de inmigración que se vive en la frontera sur de Estados Unidos se ha incrementado durante las festividades navideñas, miles siguen llegando a diario, mientras las negociaciones en el Congreso -ahora en pausa- dan vista de un posible acuerdo fronterizo, que recrudecería las medidas migratorias y frenaría el ingreso masivo de migrantes, a cambio de la liberación de la ayuda a Ucrania.
El “cambio transformador” que esperan los republicanos en la frontera sur del país podría comenzarse a implementar en enero, cuando el Capitolio reanude sus actividades parlamentarias, si el personal de la Casa Blanca y los senadores logran avanzar en la redacción de una nueva legislación fronteriza -como prometieron- durante los días de receso.
Caravana avanza a la frontera
Y mientras EEUU busca acuerdos con México y el Congreso negocia con la administración para obligarle a asegurar la frontera, más de 6.000 migrantes buscan llegar a la frontera. La caravana de migrantes que partió en Navidad de la frontera con Guatemala continuaba caminando el martes por las carreteras de Chiapas pidiendo a los gobiernos de Estados Unidos y México que en lugar de endurecer la política migratoria ofrezcan mayores posibilidades de empleo para quienes salen de sus países huyendo de la pobreza o la violencia.
El grupo, de unas 6.000 personas, es el mayor que se ha formado este año y empezó a caminar justo antes de que una delegación de alto nivel de Estados Unidos se reúna el miércoles con López Obrador para acordar nuevas medidas de control del creciente flujo de migrantes por la región.
La policía seguía vigilando los movimientos de la caravana junto a la Guardia Nacional. Los agentes migratorios no hicieron ningún amago de detenerlos al pasar por los puestos de control.
Programas migratorios
La región vive un flujo migratorio sin precedentes que no ha podido controlarse pese a los intentos de Estados Unidos de abrir nuevos cauces para emigrar legalmente a la vez que endurece las consecuencias de hacerlo de forma irregular.
La administración de Joe Biden ha puesto en marcha varios programas conocidos como «parole humanitario» o «reunificación familiar» para detener la migración indocumentada y bajar la presión en la frontera, pero no han logrado ese objetivo.
Más de medio millón de migrantes, muchos de ellos venezolanos, cruzaron este año la selva del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá. México detectó más de 680.000 extranjeros en situación irregular de enero a noviembre, según cifras oficiales. Además, un número récord de casi 137.000 personas pidieron refugio en este país.
La situación se agravó en diciembre en la frontera entre México y Estados Unidos cuando las autoridades estadounidenses registraron hasta 10.000 cruces ilegales al día, una cifra sin precedentes que provocó cierres temporales en algunos cruces.
México pide «más cooperación»
López Obrador reconoció que los estadounidenses quieren que México haga más para bloquear a los migrantes al sur, en la frontera con Guatemala, y dificultar su paso a través del país pero dijo que no se trata sólo de contención sino también de incrementar la cooperación al desarrollo y de resolver “problemas de índole político” en países como Cuba o Venezuela que alientan la migración.
Los migrantes que conforman la caravana no parecen preocupados por que se endurezcan las medidas en su contra.
“Miedo me da quedarme en Cuba, morirme de hambre, eso sí me da miedo”, dijo Dayron Salazar, un taxista cubano que viajaba con varios amigos.
“Vamos a todo o nada”, aseguró el hondureño José Paz, que caminaba junto a su esposa y sus cuatro hijos, el más pequeño de cuatro meses, el mayor de 13.
En esta ocasión la mayoría de los migrantes son centroamericanos, venezolanos, cubanos y colombianos pero también hay migrantes de países africanos y asiáticos.