lunes, octubre 7, 2024
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¿Diplomacia china en acción?

Sonia Schott,

La diplomacia es el arte de influir en sucesos internacionales, ya sea para mantener, desviar o evitar un determinado curso de acción y ha estado presente desde la fundación de las primeras ciudades-estado.

Se puede seguir su rastro en el Mediterráneo, el Medio Oriente, en China o en India.

En Estados Unidos, Benjamín Franklin, el estadounidense más distinguido de la era colonial, fue el primer diplomático gracias a que sirvió entre (1776- 1778) en una comisión encargada de obtener el crucial apoyo francés para la independencia estadounidense.

En general, la diplomacia busca mantener relaciones pacíficas entre naciones, grupos o individuos y para ello se necesita liderazgo, prudencia, temperamento analítico y mucha astucia para construir o mantener canales de diálogo, especialmente con el enemigo.

Una vez más, estamos necesitando de estas buenas artes para desarmar conflictos.

La llegada del presidente de China a Moscú podría marcar alguna diferencia en la guerra en Ucrania, que cumple su décimo tercer mes.

El líder chino Xi Jinping, elegido por el poder legislativo establecido para un tercer mandato, parece convencido de que puede jugar un papel determinante en su visita de tres días a la capital rusa.

Hay muchas expectativas de que buscará poner fin a la guerra, con alguna forma de arreglo.

En Washington, esta iniciativa ha traído opiniones.

Por un lado, se considera que China está tratando de intervenir en Ucrania para favorecer sus propios intereses y que el objetivo de Pekín es reemplazar o minar la influencia de Estados Unidos.

El otro argumento sostiene que, cualquier líder mundial, ya sea de China, Estados Unidos o Europa que pueda desempeñar un papel valioso para poner fin al conflicto armado, debería ser bienvenido.

Si China convence al mandatario ruso, Vladimir Putin, y al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de poner fin a los combates con un acuerdo territorial que honre la soberanía de Ucrania, representaría una buena noticia para todos.

No hay ninguna razón real para considerar que, un acuerdo negociado por Pekín pueda socavar la influencia de Estados Unidos.

El respaldo incondicional del presidente Joe Biden a Kiev y su logro de mantener unida a toda la alianza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha sido vital, para luchar contra la fuerza invasora rusa, aunque a un costo enorme, tanto en términos de víctimas como de destrucción de pueblos y ciudades y aportes monetarios.

Si Biden y sus aliados hubieran dejado a Kiev solo para luchar contra su vecino, no hay duda de que Putin se habría anexado mucho más territorio y estaría en una posición fuerte para dictar los términos de la paz.

Desde el principio, la administración Biden trató la guerra en Ucrania no como una disputa regional entre una nación y su vecino abrumadoramente más poderoso, sino como una batalla por la democracia sobre la autocracia. El punto de vista de La Casa Blanca es que Moscú debe ser desafiado para disuadir a Putin de nuevas ambiciones.

Si Ucrania cayera, ¿qué país sería el siguiente?

Por eso, es extraordinario que, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, declarara que la guerra es sólo un asunto territorial entre Moscú y Kiev y que el apoyo a los ucranianos no es un interés vital para la seguridad de Estados Unidos.

¿Cuán equivocado pudo haber estado?

La OTAN ha reconocido que si a Putin se le permitiera apoderarse de territorios cuando lo considere oportuno, el mundo sería un lugar más peligroso, y por eso debe ser detenido.

DeSantis debe estar arrepintiéndose de este comentario pues inmediatamente fue condenado tanto por republicanos de alto nivel como por demócratas.

Aunque hace eco en gran medida de lo que dijo el expresidente Donald Trump, lo puso en desacuerdo con la mayoría de los principales líderes de su partido, incluidos Mitt Romney, Lindsey Graham, Marco Rubio, Mike Pence y Nikki Haley.

La exgobernadora de Carolina del Sur y potencial candidata presidencial por el partido republicano dijo: “Si Rusia gana, no hay razón para creer que se detendrá en Ucrania”.

Si DeSantis confirma que participará en la contienda por la Casa Blanca en 2024, sus rivales políticos, de ambos partidos utilizarán este desliz en su contra.

Para Putin, cualquier señal de división sobre Ucrania será un mensaje de que la tan anunciada unidad liderada por Estados Unidos muestra signos de resquebrajamiento.

Las divisiones también alentarán a China para forjar un acuerdo más ventajoso para Moscú.

Fuente: Diario las Américas

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