McALLEN — El gobierno de Estados Unidos cerró dos pasos ferroviarios en dos ciudades fronterizas de Texas, lo que ha despertado preocupaciones sobre el impacto potencial sobre el comercio transfronterizo y los consumidores estadounidenses.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) anunció el domingo que suspendería temporalmente las operaciones ferroviarias en Eagle Pass y El Paso desde el lunes. No precisó durante cuánto tiempo.
Transportistas y políticos han criticado la medida, la cual cierra dos de los seis sistemas ferroviarios disponibles entre México y Estados Unidos.
“Este tren no para sólamente en Eagle Pass. Este tren no afecta solamente a Texas», dijo el martes en una rueda de prensa Tony Gonzalez, congresista republicano que representa a la región afectada. “Este tren tiene un impacto en todo Estados Unidos, mercancías que van a todo el país”.
¿Por qué la decisión?
Biden intenta contener ahora la inmigración ilegal para que los republicanos le aprueben más dinero para Ucrania (más de 60.000 millones de dólares) que los conservadores condicionaron como parte de un paquete de 106.000 millones de dólares.
Sin embargo, la medida no tiene mucho sentido en opinión de expertos, más bien parace para complacer que para solucionar.
Los legisladores tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes exigieron al gobierno de Biden, que ha hecho caso omiso a los reclamos durante casi tres años, ponerle un stop real al caos en la frontera sur que le cuesta a los contribuyentes unos 200.000 millones de maner directa e indirecta de dólares cada año, desde que el actual gobierno decidió emprender la hipócrita política de «Puertas Abiertas» para luego deportar a millones nuevamente a sus países de origen.
Desde hace varias semanas entran por la frontera EEUU-México entre 10.000 y 12.000 inmigrantes ilegales como promedio.
La CBP reportó que hasta 10.000 personas entraron ilegalmente en el país cada día de este mes a través de su frontera suroeste.
El gobierno de Biden quiere ejecutar las medidas que han pedido los republicanos con el fin de que el dinero sea aprobado en el Congreso en Enero, después del regreso de los legisladores de un receso por Navidad y fin de año.
El cierre de las vías permitirá que los agentes aduaneros apoyen a los atareados agentes de la Patrulla Fronteriza que necesitan detener a los migrantes.
Miles de solicitantes de asilo que han cruzado están durmiendo a la intemperie a lo largo de la frontera, mientras aguardan a que los agentes federales los procesen. La mayoría son dejados en libertad con avisos para que comparezcan ante los tribunales de inmigración, los cuales de antemano tienen más de 3 millones de casos aún pendientes, pero gran parte son deportados también.
Las operaciones se modificaron por motivos similares cuando la CBP cerró un puerto de entrada en Lukeville, Arizona, un paso de peatones en San Diego y un puente internacional en Eagle Pass, Texas.
El impacto económico
Union Pacific y BNSF son las dos empresas transportistas afectadas por los cierres ferroviarios en Texas. Entre las dos, unos 24 trenes utilizan por lo general los sistemas ferroviarios cada día para mover productos agrícolas, autopartes, vehículos terminados, productos químicos y otros bienes de consumo, de acuerdo con la Asociación de Ferrocarriles Estadounidenses.
Union Pacific estimó que sus pérdidas —en mercancías, salarios y costos de transporte— superarán los 200 millones de dólares diarios si los cruces en ambas ciudades permanecen cerrados.
La empresa dijo que los dos cruces representan el 45% de sus operaciones transfronterizas y que no puede modificar la ruta de los trenes para que se dirijan a otras vías de acceso.
BNSF no proporcionó una estimación en dólares de las pérdidas, pero dijo que prevé un impacto en los empleados y un significativo “efecto descendente en todo nuestro sistema, ya que luego esos trenes viajan a través de nuestra red de 32.500 millas (52.300 kilómetros)”, de acuerdo con un comunicado compartido con The Associated Press.
Cerca de 10.000 vagones de Union Pacific están actualmente parados a ambos lados de la frontera. Algunos de esos vagones contienen autopartes y vehículos terminados.
Los fabricantes de automóviles Ford y Toyota dijeron a la AP que no se verían afectados inmediatamente por los cierres fronterizos, pero Stellantis —fabricante de 14 marcas de automóviles, entre ellas Dodge, Jeep y Chrysler— expresó su preocupación.
“La suspensión de las operaciones ferroviarias en los cruces internacionales entre Texas y México tiene el potencial de afectar significativamente a la producción en las instalaciones norteamericanas de Stellantis, lo que repercutirá rápidamente en nuestra base de suministro estadounidense”, dijo la portavoz Jodi Stinson en un comunicado.
Trenes paralizados y cargados de mercancías a ambos lados
Union Pacific indicó que tiene más de 60 trenes —que transportan automóviles, alimentos y bebidas, productos industriales y productos agrícolas como cereales— aguardando en la frontera.
La Asociación Nacional de Cereales y Alimentos para Animales (NGFA por sus iniciales en inglés) y la Asociación Norteamericana de Exportación de Cereales (NAEGA por sus siglas en inglés) temen que el estancamiento de los envíos de cereales y semillas oleaginosas repercuta en sus clientes de México, uno de los mercados de exportación más importantes para estos grupos.
“NGFA y NAEGA se han enterado esta tarde de la escasez crítica de suministros de forraje que enfrentan varios proveedores de alimento para ganado en México”, dijeron las organizaciones en un comunicado. “Nos hemos enterado también de que trenes con granos en varios estados están siendo retenidos para su envío debido al embargo de la CBP. La naturaleza crucial de este asunto está creciendo cada hora que pasa, particularmente para aquellos proveedores de alimento para ganado que podrían quedarse cortos de alimento”.
Otras opciones
Los camiones son una alternativa potencial a los trenes, aunque transportar mercancías a esos volúmenes por carretera sería logísticamente problemático.
Union Pacific dijo que cada año transporta unos 450.000 embarques por ferrocarril a través de Eagle Pass y El Paso, y calcula que se requerirían un millón de camiones para mover el mismo volumen, es decir, 2.800 camiones diarios.
Los migrantes suelen subir a los trenes cuando atraviesan México, pero eso no les garantiza la entrada a Estados Unidos.
Union Pacific y BNSF recurren a la policía, a convenios con organismos federales y a la tecnología para disuadir y detectar el contrabando y a personas que entran en el país ilegalmente. Union Pacific dispone de un sistema que emplea rayos gamma para detectar pasajeros no deseados.
Union Pacific dijo que, en las últimas cinco semanas, sólo encontró a cinco migrantes que estaban intentando entrar a Estados Unidos ilegalmente a bordo de sus trenes.
“A través de nuestras iniciativas, en ambos puertos de entrada hemos encontrado a muy pocas personas que tratan de cruzar la frontera en tren”, dijo BNSF en un comunicado.