Republicanos en el Congreso estadounidense elevaron un reclamo al FBI, para que el servicio de inteligencia entregue un documento que podría probar un presunto esquema criminal relacionado al presidente Joe Biden y “un ciudadano extranjero”. En detalle, se trataría de un arreglo monetario a cambio de decisiones políticas.
Los encargados de este pedido son James Comer, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes y el senador Chuck Grassley. Ellos defienden que el FBI “posee un documento interno que incluye acusaciones muy serias y detalladas que implican al actual presidente de Estados Unidos”. Sin embargo, afirman desconocer qué ha hecho el servicio de inteligencia al respecto, “si es que ha hecho algo, para verificar estas afirmaciones o investigar más a fondo”.
No dejan de lado las recientes actuaciones del FBI, ampliamente criticadas por evidenciar su sesgo político. Los episodios pasan por la complicidad de sus funcionarios con empleados de Twitter para censurar a usuarios de la plataforma, la amenaza contra el técnico de la computadora de Hunter Biden o el allanamiento a la residencia del expresidente Donald Trump en Florida. El expediente es largo y comprometedor contra la agencia.
“El pueblo necesita saber”
Ambos congresistas continuaron explicando sus razones para exigir el formulario FD-1023 donde se plasman detalles del supuesto esquema de sobornos de Biden. “La información proporcionada por un denunciante plantea preocupaciones de que el entonces vicepresidente Biden supuestamente participó en un plan de soborno con un ciudadano extranjero”, remarcó Comer.
“El pueblo estadounidense necesita saber si el presidente Biden vendió a los Estados Unidos de América para ganar dinero. El senador Grassley y yo buscaremos la verdad para garantizar la rendición de cuentas del pueblo estadounidense”.
Igual de importante es la acotación que hace el Comité de Supervisión en su sitio web en relación a que si bien el director del FBI, Christopher Wray, se comprometió a evitar cualquier represalia contra los denunciantes, “hasta ahora la agencia y el Departamento de Justicia se han negado a proporcionar voluntariamente registros o respuestas a las consultas del Congreso relacionadas con el manejo de estas investigaciones políticamente delicadas”.
Las averiguaciones podrían ser incómodas para Joe Biden, aspirante a la reelección presidencial y urgido por demostrar logros en su actual gestión. Ni la inflación, ni la crisis fronteriza o las relaciones internacionales han sido resueltas. Por eso tanto él como su probable dupla Kamala Harris estarían en riesgo de enfrentarse a un tema complicado si logran avanzar las investigaciones que hoy lideran ambos congresistas republicanos.
Pagos de empresa china
Los esquemas comerciales sospechosos de la familia Biden están bajo la lupa de la justicia, comenzando por el hijo del actual presidente y cuya computadora abandonada en Delaware destapó una serie que escándalos, como sospechosos correos electrónicos enviados a empresas extranjeras. Uno de estos, menciona el agradecimiento de un alto ejecutivo de una empresa de energía ucraniana por haberle presentado a su padre cuando era vicepresidente de Barack Obama.
Por ende, la historia de la familia Biden podría arrojar más novedades. El propósito del representante James Comer y del senador Chuck Grassley, al pedir al FBI el formulario donde se detalla el presunto esquema de sobornos, es determinar si los Biden fueron o son objetivo de agentes extranjeros, si el presidente está comprometido y si existe una amenaza para la seguridad nacional.
Hasta los momentos, el Comité de Supervisión revela que “ha obtenido miles de páginas de registros financieros relacionados con las transacciones comerciales de la familia Biden y sus asociados”. Así como un acuerdo que dio lugar a que varios miembros de la familia Biden y sus empresas recibieran “más de un millón de dólares en más de 15 pagos incrementales de una empresa china a través de un tercero”.