CARACAS.- Después de un período de congelamiento debido al recrudecimiento de los enfrentamientos entre la guerrilla izquierdista y otros grupos armados, el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) acordaron retomar las conversaciones en una reunión extraordinaria en Caracas este viernes.
La delegación del ELN llegó a Caracas el para participar en esta reunión, con el objetivo de escuchar y aclarar los siguientes pasos, según indicó la guerrilla en un comunicado.
El ELN había anunciado previamente la suspensión del ciclo de conversaciones que mantenía con el gobierno desde noviembre de 2022 en Venezuela, Cuba y México, acusando al gobierno de no brindar condiciones suficientes para los encuentros.
Por su parte, la delegación de paz del gobierno también expresó su intención de abordar la preocupante situación humanitaria en Arauca, un departamento colombiano fronterizo con Venezuela, en busca de soluciones para detener la violencia que afecta principalmente a civiles indefensos.
Ante el estado crítico de la mesa de diálogo, el ELN instó a los países garantes y acompañantes a ejercer su función de ayuda a ambas partes.
El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, ratificó el compromiso de su país de apoyar las negociaciones durante una reunión con representantes del ELN en Caracas. Además, subrayó que la paz en Colombia es fundamental para Venezuela.
En una declaración conjunta, los líderes reafirmaron su compromiso mutuo de apoyar la paz y el papel de Venezuela como garante de los procesos de diálogo entre el gobierno colombiano, el ELN y disidentes de las FARC.
El gobierno de Colombia había acusado previamente al ELN de crear una crisis innecesaria que prolongaba la confrontación armada y la violencia sufrida por las comunidades.
El futuro de los acuerdos fue desafiado por circunstancias como los paros armados, en los que los rebeldes ordenan a miles de personas permanecer en sus hogares, así como el secuestro del padre del futbolista del Liverpool Luis Díaz, y los enfrentamientos entre distintos grupos irregulares.
El gobierno de Petro calificó la última ola de violencia como una traición, ya que ocurrió durante un alto al fuego.