El Aeropuerto Internacional de Managua fue el lugar de llegada de un sospechoso vuelo proveniente de la ciudad de Casablanca, Marruecos, con 370 pasajeros de origen indio y marroquí. Aunque parezca inusual, el aterrizaje de aeronaves con extranjeros que difícilmente escogerían Nicaragua para hacer turismo se ha convertido en algo común. Esto podría estar relacionado con un presunto plan del dictador Daniel Ortega para coaccionar al gobierno estadounidense con la migración irregular que ha encontrado las puertas abiertas en el país centroamericano para seguir su camino hacia el norte.
El Boeing 777-300ER, de la aerolínea Alexandria Airlines con base en Egipto, aterrizó en el aeropuerto Augusto César Sandino la tarde del 12 de enero tras 10 horas de viaje y, según el portal La Prensa, se presume que los pasajeros llegan al país “para usarlo como trampolín y seguir en ruta hacia Estados Unidos”. Este episodio guarda relación con la política de exención de visados que permite a muchos migrantes usar a Nicaragua como puente, pues resulta más que evidente que esta nación no es el destino final de estos viajeros.
En diciembre se conoció otro episodio similar, pero en ese caso las autoridades francesas cancelaron un vuelo proveniente de Emiratos Árabes Unidos que iba rumbo a Nicaragua, tras recibir una llamada anónima que alertaba de posible tráfico de personas. En total, 303 ciudadanos indios iban a bordo. Según France 24, el vuelo lo realizaba la compañía chárter Legend Airlines con sede en Rumania. Las autoridades explicaron que “la sala de recepción del aeropuerto de Vatry se transformó en una zona de espera con camas individuales para ofrecer a los pasajeros las mejores condiciones de recepción posibles”.
Ortega usa la migración masiva como arma
Usar movimientos migratorios como arma contra países “enemigos” es una estrategia que se ha vuelto común en los últimos años. Está enmarcada en el concepto de “guerra asimétrica” con el fin de saturar los recursos y capacidades del territorio objetivo. En el año 2021, Ortega eliminó el pedido de visas a los cubanos, justamente bajo las sospechas de que así se aprovecharía económicamente de ciudadanos que huyen del castrismo y, al mismo tiempo, conseguiría presionar a Washington con los cruces irregulares.
En el año 2022 ya habían reportes de cómo la Dirección General de Migración y Extranjería de Nicaragua (DGME) cobraba a venezolanos y cubanos que transitaban por tierra una multa o salvoconducto de 150 dólares por persona. Para ese momento el analista de Crisis Group para el Triángulo Norte y Nicaragua, Tiziano Breda, concedió una entrevista a PanAm Post en la que explicó que el tránsito de los cubanos “también ha sido casi alentado de forma casi explícita por parte de Ortega”.
Pero con los ciudadanos indios que llegan en avión los montos son mucho más elevados cuando se trata de cubrir todo el recorrido hasta suelo estadounidense. Según investigaciones citadas por 14 y Medio, pagan entre 72000 y 96000 dólares para llegar a la potencia norteamericana. Se desconoce si el régimen sandinista recibe algo de ese dinero. Sin embargo, los aviones continúan despegando con rumbo a Nicaragua, un país que de ser punto de origen de migrantes pasó a convertirse en una importante zona de tránsito.