viernes, octubre 11, 2024
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Mi plan para que Estados Unidos vuelva a ser asequible y traer de regreso el sueño americano

Donald J Trump,

Durante años, los estadounidenses hemos visto cómo nuestro país ha venido siendo despojado de nuestros empleos y de nuestra riqueza. Hemos visto cómo nuestras empresas se vendían a países extranjeros. Pero con mi plan para la economía estadounidense, esto se detendrá de inmediato. Cuando sea presidente, comenzaremos a retomar los empleos y las fábricas de otros países, trayendo empresas y trillones de dólares de regreso a los Estados Unidos.

Conforme a mi plan, los trabajadores estadounidenses ya no estarán preocupados por perder sus empleos a manos de naciones extranjeras. En cambio, las naciones extranjeras estarán preocupadas por perder sus empleos a manos de los estadounidenses. Las compañías automovilísticas alemanas pueden convertirse en compañías automovilísticas estadounidenses. Podemos vencer a China en la producción electrónica. Los fabricantes que nos han abandonado volverán corriendo a nuestras costas.

Este es el trato que les ofreceré a las empresas y fabricantes de todo el planeta: Estados Unidos les dará los impuestos más bajos, los costos de energía más bajos, las cargas regulatorias más bajas y acceso libre al mejor y más grande mercado del planeta, pero solo si fabrican sus productos aquí en Estados Unidos y contratan a trabajadores estadounidenses para el trabajo.

Si estas empresas no aceptan el acuerdo, pagarán un arancel cuando nos envíen sus productos (fabricados en otro país). Y utilizaremos los cientos de billones de dólares de los aranceles para beneficiar a los ciudadanos estadounidenses.

Este nuevo industrialismo estadounidense creará millones de puestos de trabajo, aumentará enormemente los salarios de los trabajadores estadounidenses y convertirá a Estados Unidos en una potencia manufacturera una vez más.

En cambio, la vicepresidenta Kamala Harris, la reina de los impuestos, planea gravar las ganancias de capital no realizadas, de modo que si una empresa tiene éxito, debe entregar la mitad de su valor al gobierno. Harris está cerrando ahora mismo plantas de energía en todo el país, lo que hace que los precios de la electricidad se disparen en más del 100 por ciento y nos lleva a un estatus de tercer mundo, al atacar a toda la industria de los combustibles fósiles.

En los Estados Unidos de Kamala Harris, si se envía la producción al extranjero, ella concede una reducción de impuestos y subsidios. Con su voto decisivo sobre lo que yo llamo la «Ley de Creación de Inflación», envió billones de dólares a fábricas de baterías, fábricas solares y fábricas de productos electrónicos de China. No es de extrañar que, con Kamala Harris, perdiéramos 24.000 puestos de trabajo en el sector manufacturero solo en agosto de 2024.

Pero esta horrible pesadilla para los trabajadores estadounidenses termina el día en que preste juramento al cargo.

La pieza central de mi plan para un renacimiento de la industria manufacturera será una tasa impositiva corporativa del 15 por ciento para los productos fabricados en Estados Unidos, lo que reducirá el impuesto a las empresas del 21 por ciento al 15 por ciento, pero, una vez más, solo para quienes fabriquen sus productos en Estados Unidos. Los fabricantes con sede en Estados Unidos también serán recompensados con créditos fiscales ampliados para investigación y desarrollo, con el fin de ayudar a construir las plantas en expansión, y de última generación, que nuestro país necesita para ser una superpotencia industrial en el mundo moderno.

Reduciremos a la mitad los precios de la energía y la electricidad en un plazo de doce meses, no sólo para las empresas, sino para todos los estadounidenses y sus familias, y duplicaremos rápidamente nuestra capacidad eléctrica, algo que necesitamos hacer para competir con China y otros países en materia de inteligencia artificial. Con los precios de la energía más bajos del planeta, atraeremos a industrias ávidas de energía de todo el mundo, y millones de puestos de trabajo para trabajadores de cuello azul.

También crearemos zonas especiales en tierras federales con impuestos y regulaciones mínimos para los productores estadounidenses, con el objeto de incentivar la reubicación de industrias enteras de otros países. Y aceleraremos seriamente las aprobaciones ambientales para que podamos utilizar los recursos que tenemos aquí mismo, en suelo estadounidense.

Y me he comprometido a eliminar de los libros 10 regulaciones antiguas y onerosas por cada nueva regulación. En mi primer mandato como presidente, ¡fui el mayor recortador de regulaciones de la historia!

Para ayudar a garantizar que nuestras políticas a favor de la industria manufacturera alcancen su máximo potencial, también nombraré un Embajador de la Industria Manufacturera, cuya única tarea será recorrer el mundo y convencer a los principales fabricantes de que empaquen sus cosas y trasladen su producción a Estados Unidos.

Y también expulsaremos a millones de inmigrantes ilegales de este país. Estos inmigrantes están quitándoles los puestos de trabajo a los trabajadores estadounidenses y haciendo bajar sus salarios, especialmente a los trabajadores afroamericanos e hispanos. Nuestra agenda siempre dará prioridad a los trabajadores estadounidenses que ganan buenos salarios.

No se puede decir lo mismo de la vicepresidenta Kamala Harris, que supervisó la afluencia de millones y millones de inmigrantes ilegales a los Estados Unidos y presidió la peor crisis fronteriza de la historia estadounidense.

Si la vicepresidenta Harris consigue quedarse cuatro años más, esta vez como presidenta, desindustrializará a Estados Unidos y destruirá nuestro país. Nos convertiremos en una república bananera. No habrá industria automotriz, ni industria siderúrgica, ni manufacturas significativas de ningún tipo, y correremos el riesgo de una derrota militar.

He aquí un hecho muy simple: si no se tiene acero, no se tienen fuerzas armadas. Esa es una de las razones por las que no voy a permitir que Japón compre U.S. Steel, que hace 70 años era la mayor empresa del planeta.

Mi política industrial es solo una parte de una visión económica orientada a revitalizar este país, para los estadounidenses que más trabajan. Se unirá a mis recortes de impuestos de 2017 para los estadounidenses que trabajan (los más grandes en la historia de Estados Unidos, que haré permanentes) y a mi nueva propuesta de prohibir todos los impuestos sobre las horas extra, las propinas para los trabajadores del sector servicios y los beneficios de la Seguridad Social para nuestros adultos mayores. Y deportaremos a millones de inmigrantes ilegales y comenzaremos a controlar nuestras propias fronteras nuevamente, devolviendo maravillosos empleos en Estados Unidos a los trabajadores estadounidenses que están dentro del marco de la ley.

Así es como lograremos que los Estados Unidos sean asequibles otra vez.

Voten por Trump y verán un éxodo masivo de la industria manufacturera de China a Pensilvania, de Corea del Sur a Carolina del Norte y de Alemania a Georgia.

Recuperaremos el Sueño Americano, más grande, mejor y más fuerte que nunca.

Donald J. Trump fue el 45º Presidente de los Estados Unidos y es candidato presidencial.

Fuente: Diario Las Américas

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