El año nuevo llegará con el tormento de buscar un rostro para las presidenciales de 2025 que sirva para impulsar a las fichas que se medirán en las municipales de Chile de 2024. Ni la izquierda ni la derecha lo tiene fácil, pero ya ambos sectores comienzan a escudriñar en sus filas.
Nadie puede perder tiempo. Si bien las municipales están previstas para octubre, los partidos tienen hasta marzo para definir sus alianzas, porque en abril inscriben sus candidaturas a primarias, en caso de optar por el mecanismo voluntario para elegir a su abanderado.
Las decisiones requerirán estrategia, si se tiene en cuenta que en las elecciones municipales del 27 de octubre se elegirán 16 gobernadores, 302 consejeros regionales, 345 alcaldes, 2252 consejeros locales. Los funcionarios que resulten victoriosos asumirán sus cargos el 6 de diciembre y se mantendrán en sus funciones por cuatro años.
Maniobras en evaluación
La fórmula en la izquierda para intentar captar votos en las municipales de Chile será ofrecer una lista única que incorpore al Partido Comunista (PC), Partido Socialista y la Democracia Cristiana (DC). Ya saben que la división tiene altos costos. Con la elección de los consejeros para la segunda constituyente les quedó claro. Participar en dos listas los condujo a la derrota, al sólo lograr 17 de los 50 curules.
En la otra acera, prima la cautela. El Partido Republicano apuesta a posicionarse como fuerza política, al margen de Chile Vamos, cuyo nombre se le dio a la coalición integrada por la Unión Demócrata Independiente, Evolución Política y Renovación Nacional. El propósito del partido de José Antonio Kast es volverlo a poner en la palestra, de modo que puevan pavimentarle el camino a la Moneda.
Kast habla ya de su aspiración. Dice que intentará una tercera candidatura presidencial en 2025, tras sus fallidas participaciones en 2017 y 2021. Asegura que “la izquierda va a perder la próxima presidencial, porque va a cargar con el desastre del gobierno actual”.
El discurso para la jugada republicana requerirá guante de seda porque Chile Vamos evalúa la posibilidad de unas primarias, para medir el liderazgo de la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, quien de acuerdo con la encuesta Black & White, fue la política mejor evaluada del año, con 31 % de respaldo.
En las cuentas falta agregar las pretensiones que comienza a asomar la expresidente, Michelle Bachelet, quien promueve “decisiones oportunas y gestión eficaz en todos los niveles” en distintos escenarios demostrando que tiene abierta la puerta a un tercer mandato. Mientras tanto, la vocera del gobierno de Boric, Camila Vallejo, emerge como eventual figura de Apruebo Dignidad.
El martirio de las presidenciales
Los partidos ocupan su tiempo no sólo en pensar en quiénes buscarán el poder en las municipales de Chile, sino también en quién podría conquistar a los votantes para suceder al presidente Gabriel Boric.
“Con voto obligatorio, al entrar a votar personas menos politizadas e ideologizadas, los líderes de opinión -los candidatos presidenciales- sirven como atajos informacionales”, explica a El Líbero el analista político Mauricio Morales.
Definir quien será ese “atajo” es crucial para empujar a los candidatos de las municipales en Chile. Sin embargo, el trabajo determinará, a su vez, el futuro de las fichas parlamentarias.
Hay un efecto en cadena en juego. Aunque las presidenciales serán el 23 de noviembre de 2025, según el calendario del Servicio Electoral (Servel), la contienda es “la madre de las batallas” considerando que en la misma cita comicial se escogerán a los nuevos 155 miembros de la Cámara de Diputados y 23 senadores.
El Congreso es y será vital. Después del fracaso de la segunda constituyente y la improbable posibilidad de un nuevo proceso a corto plazo, queda en manos del Legislativo la generación de cambios importantes a la Carta Magna. En la plenaria se necesitan un quórum de 4/7 para modificar el texto, que implica 89 diputados, y 2/3, es decir, 103 diputados, para sancionar leyes orgánicas constitucionales. Quien logre la mayoría podrá disponer al respecto.