MANAGUA — El régimen sandinista excarceló el domingo a dos obispos católicos, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, fuerte crítico del dictador Daniel Ortega, junto a otros 17 clérigos, y los expulsó a Roma.
El régimen de Daniel Ortega confirmó el domingo la excarcelación y destierro de los 19 clérigos al Vaticano.
A través de un comunicado, el régimen sandinista publicó los nombres de los 19 sacerdotes excarcelados y desterrados de Nicaragua, incluido el de Álvarez, y según se indica “el viaje hacia el Vaticano de dos obispos, quince sacerdotes y dos seminaristas” se concretó gracias a las “muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas” a través del papa Francisco y de la Secretaría de Estado de la Santa Sede.
Monseñor Rolando Álvarez fue detenido en agosto de 2022 y condenado en febrero pasado a 26 años de prisión. Entre los excarcelados también está el obispo Isidoro Mora y otros 13 sacerdotes detenidos en diciembre, informó el sacerdote Uriel Vallejos, y medios de prensa, todos en el exilio.
Ortega y su esposa, la designada vicepresidenta Rosario Murillo pretenden «dejar sin sacerdotes a Nicaragua. Otro avión llenos de pastores del pueblo al exilio», publicó en la red social X, el padre Vallejos.
En octubre pasado, otros 12 sacerdotes fueron liberados y enviados a Roma tras un acuerdo del gobierno con el Vaticano.
En Managua, el régimen sandinista, ni la policía ni los medios de comunicación oficialistas se han referido a la información de este domingo.
Medios como el diario La Prensa, aseguró que el avión incluso ya llegó a Roma, lo cual fue confirmado por la Asociación Grupo de Reflexión de Excarcelados Politicos (GREXCR), con sede en San José.
En diciembre, el papa Francisco dijo que seguía «con profunda preocupación» la detención de sacerdotes en Nicaragua.
La relación entre la Iglesia y la dictadura sandinista se deterioró después de que Ortega acusara a sacerdotes de apoyar las protestas antigubernamentales de 2018, que consideró un intento de golpe de Estado promovido por Washington y que se saldaron, según la ONU, con más de 300 muertos.
El régimen sandinista de nuevo repite la ola de agresiones y persecución que cometió contra la Iglesia católica en la década de 1980.