LA HABANA.- El ministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil Fernández, anunció este lunes que la economía de la isla se contraerá al cierre del presente año. Este sombrío pronóstico refleja las persistentes dificultades que enfrenta la nación caribeña, que no ha logrado recuperarse por completo de los impactos de la pandemia de la COVID-19 y experimenta episodios recurrentes de desabastecimiento, cortes de luz y un aumento en la migración de ciudadanos.
Gil Fernández atribuyó esta contracción a una serie de factores, alegando el «recrudecimiento del bloqueo» impuesto por Estados Unidos, la crisis global y la insuficiente generación de ingresos en divisas.
Sin embargo, críticos del régimen sostienen que estas explicaciones son meramente una cortina de humo para desviar la atención de la gestión ineficiente y la falta de adaptabilidad del sistema comunista.
Turismo y exportaciones por debajo
El turismo, considerado históricamente como el motor de la economía cubana, sigue siendo uno de los sectores más afectados, a pesar de una «recuperación gradual». Aunque se espera recibir 2.4 millones de visitantes anuales al cierre de diciembre, esto representa solo el 64% de los niveles pre-pandémicos en 2019.
Esta situación plantea preguntas críticas sobre la capacidad del régimen para diversificar la economía y reducir la dependencia de un solo sector.
Las exportaciones también han decepcionado, quedando 700 millones de dólares por debajo de las proyecciones. Aunque sectores como el tabaco y la pesca han mostrado cierto repunte, la producción de alimentos no ha alcanzado los niveles previstos, contribuyendo a los episodios de desabastecimiento que han afectado a la población.
Adicionalmente, el ministro informó sobre una inflación estimada en un 30% anual, un indicador que refleja el aumento de los precios en el mercado formal y los servicios proporcionados por el Estado. Sin embargo, esta cifra no refleja los costos en el sector informal, que desempeña un papel crucial en satisfacer muchas de las necesidades domésticas de la población cubana.
En un contexto de creciente descontento, los críticos sostienen que es urgente replantear las políticas que han llevado a Cuba a esta situación y buscar soluciones más efectivas y sostenibles para el futuro.