SONIA SCHOTT,
¿Cuántos utilizamos diariamente asistentes como Siri, editamos fotos o utilizamos el reconocimiento facial en nuestros celulares?
Y es que la inteligencia artificial (AI) se ha apoderado de nosotros, desempeñando un papel determinante en nuestra dinámica social, política y económica.
Pero ¿qué es exactamente AI?
Como campo de investigación, existe desde la década de 1950, cuando Alan Turing, un matemático inglés, ideó la prueba de Turing para determinar si una máquina podía pensar.
La convención del Dartmouth College, New Hampshire, en 1956, fue el punto de partida para considerar la IA como un campo formal de investigación, impulsado por pensadores como, Marvin Minsky, cofundador del laboratorio de IA del Instituto Tecnológico de Massachusetts, quien diseñó algunos de los primeros escáneres visuales, manos mecánicas con sensores táctiles, las primeras «tortugas» de LOGO, un método para crear imágenes gráficas en programación, y sus interfaces de software y hardware.
“El panorama de las redes sociales es una de las áreas donde este impacto es más evidente. Desde la moderación automática de contenido y las recomendaciones personalizadas, o los anuncios comerciales, la IA está remodelando la forma en que interactuamos y nos conectamos” sostuvo Rem Darbinyan en un artículo en Forbes.
Valiéndose de algoritmos, la IA está transformando la forma en que las marcas abordan plataformas sociales para entender mejor a su audiencia y crear contenidos más atractivos.
Pero, a pesar de los beneficios, la AI también genera controversias que alcanzan visos de dilemas éticos.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), alertó sobre los peligros con el siguiente ejemplo:” una búsqueda en internet sobre «grandes líderes de todos los tiempos» probablemente arrojará una lista de relevantes personalidades masculinas mundiales, pero ¿Cuántas mujeres cuenta? Una búsqueda de imágenes de «niña de la escuela” revelará una página llena de mujeres y niñas con todo tipo de disfraces sexualizados. Sorprendentemente, si se escribe «niño de la escuela», los resultados mostrarán en su mayoría jóvenes escolares comunes. Estos son ejemplos de sesgos de género en la inteligencia artificial’.
La más reciente filtración de documentos clasificados del Pentágono fue un duro golpe para la administración del presidente Joe Biden, pero su publicación en un chat de redes sociales fue la mayor sorpresa de todas porque corroboró hasta qué punto somos gobernados por las plataformas inteligentes.
Originalmente, los documentos, muchos de ellos sobre la guerra en Ucrania y cómo Washington evalúa las posibilidades, aparecieron en un chat privado vinculado a la plataforma Discord.
“El New York Times informó por primera vez sobre la existencia de los documentos después de que varios canales rusos de Telegram compartieron cinco archivos fotografiados relacionados con la invasión de Ucrania el 5 de abril”, según Bellingcat, un sitio de periodismo de investigación.
Restando gravedad al hecho, durante su viaje a Irlanda, el presidente Biden dijo que gran parte de la inteligencia relacionada con la guerra en Ucrania ya se había ventilado en público durante las audiencias del comité del Congreso y en conferencias de prensa.
Biden ya sabía que el FBI estaba cerca de identificar a quien publicó el informe. Luego, un joven de 21 años del ala de inteligencia de la Guardia Nacional Aérea de Massachusetts fue arrestado.
¿Por qué alguien tan joven tendría acceso a documentos altamente clasificados, en primer lugar?
Según el Pentágono, no es inusual confiar en miembros jóvenes, si su trabajo justifica el acceso a los secretos.
De hecho, más de un millón de funcionarios, contando el Pentágono, las Fuerzas Armadas y todo el Gobierno, están autorizados para ver material clasificado.
El Pentágono informó que después de la última filtración, el acceso a documentos clasificados será más limitado, aunque persiste el problema de que hay demasiados documentos cuya clasificación no requiere ser secreta.
No hace mucho, un soldado de 22 años, llamado Bradley Manning, miembro de una rama de inteligencia que prestaba servicio en Irak y ahora conocido como Chelsea Manning, fue arrestado por entregar más de 700.000 documentos clasificados a WikiLeaks, hace 13 años.
Entonces ¿qué lecciones se aprendieron?