Tras el intento del chavismo de neutralizar el poder de Juan Guaidó al frente de la Asamblea Nacional, Estados Unidos insistió este lunes en que su reelección fue legítima y que los cien votos obtenidos, de 167 posibles, lo demuestra. La Organización de Estados Americanos (OEA) o el Grupo de Lima condenaron lo sucedido la tarde del domingo, pero el encargado de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, destacó que de las reacciones de la comunidad internacional las posturas más novedosas son las de México y Argentina. «Argentina ha dicho que lo sucedido es inaceptable y México que el funcionamiento democrático es fundamental”, resumió Abrams.
“El hecho de que las posturas vengan de gobiernos de izquierdas añade importancia a lo sucedido y aumenta el aislamiento del régimen de Maduro». “Todos sabemos del apoyo de Colombia a la democracia en Venezuela y a Juan Guaidó. Pero el nuevo gobierno de Argentina ha tomado una posición ligeramente diferente y también lo ha hecho México. No tienen la misma posición obviamente que los Estados Unidos pero fue muy interesante que el mismo día, y sin dudarlo un segundo, calificaran lo sucedido de inaceptable», añadió.
Según Abrams: “Maduro debe estar preguntándose si le quedan aliados. Porque no van a apoyar esas medidas, las van a rechazar. Le quedan Rusia, Cuba y China. Pero está perdiendo apoyo no solo de la derecha y el centro, sino también de la izquierda en América Latina».
Tras los sucesos del domingo a las puertas de la Asamblea, los Gobiernos de México y Argentina se alinearon con los principales aliados internacionales de Guaidó en su rechazo al golpe de mano que acabó con la autoproclamación como presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela de Luis Parra, un diputado opositor disidente, con el respaldo del chavismo.
«México hace votos para que la Asamblea Nacional de Venezuela pueda elegir democráticamente su Junta Directiva conforme al proceso establecido en la Constitución de ese país hermano. El legítimo funcionamiento del Poder Legislativo es pilar inviolable de las democracias», señaló la Secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado. Hasta ahora el gobierno de México ha mantenido distancia sobre lo que sucedía en Venezuela, a pesar de los intentos de uno y otro lado por atraerlo a su causa. El Gobierno de México insiste en la doctrina Estrada de no intervención, y abrió meses atrás la posibilidad de ofrecerse como mediador. Con su posicionamiento del domingo al pedir respeto al Legislativo como «pilar inviolable de las democracias», Estados Unidos ha interpretado que hay un distanciamiento de Maduro.
Por su parte el canciller argentino, Felipe Solá, recordó que el Ejecutivo de Alberto Fernández, que tomó posesión en diciembre, «viene intentando por todos los medios que el diálogo y los acuerdos sean el camino para la plena recuperación del funcionamiento democrático de la República Bolivariana de Venezuela». «Impedir por la fuerza el funcionamiento de la Asamblea Legislativa es condenarse al aislamiento internacional. Rechazamos esta acción e instamos al ejecutivo venezolano a aceptar que el camino es exactamente el opuesto. La Asamblea debe elegir su presidente con total legitimidad», afirmó el canciller argentino.
Según Abrams, «la popularidad de Maduro es de un 10%, a veces de un 12, pero Maduro cada vez tiene menos y menos dinero y menos y menos amigos en el mundo. Decenas de países como México y Argentina les dejaron solos. Solo tiene apoyo de dos o tres dictaduras,» añadió el hombre elegido por Trump para encargarse del país caribeño. «Veremos la caída de Maduro. Nadie sabe el día pero sabemos que hacer, seguir con más y más presión y eso es lo que haremos con la comunidad internacional».
Precisamente, en relación con la comunidad internacional, Estados Unidos destacó el papel y la presencia de Rusia, que ha desplazado 150 soldados a Venezuela pero descartó un papel activo de Irán. «Bastantes problemas tiene ya”, dijo.
«Estamos estudiando de cerca el rol de Rusia, no vamos a permitir nivel de apoyo de los últimos meses sin reaccionar. Hay 150 soldados rusos en Venezuela. Pero no queremos implicarnos militarmente sino mantener la presión económica», describió. «Los rusos están apoyando al régimen, pero sabemos que no están invirtiendo en Venezuela. Solo están tomando, recuperando, su dinero. No invirtiendo ni prestando su dinero, porque no tienen confianza en el régimen. En el Kremlin saben que el régimen es cada vez más y más débil».
En referencia a Luis Parra, el diputado que tomó posesión de forma controvertida, Estados Unidos confirmó que formará parte de las sanciones que imponga la Administración Trump al país caribeño. “Estamos sancionando desde el año pasado a gente involucrada en destrucción de democracia en Venezuela. Sí vamos a incluirlo (a Luis Parra) en las sanciones», concluyó.
Fuente: El País