Uruguay cerró en la madrugada de este sábado, con la evacuación de 112 cruceristas que fueron repatriados a Australia, lo que ha denominado corredores humanitarios desde que el Gobierno del país suramericano decretó el 13 de marzo la emergencia sanitaria por la COVID-19.
En pleno cierre de fronteras en todo el mundo, cerca de 1.000 personas de unos 40 países han llegado a sus lugares de origen con la mediación del Ministerio de Relaciones Exteriores uruguayo con diferentes embajadas; sin embargo, el operativo del barco australiano Greg Mortimer fue el más especial, ya que la mayoría de su pasaje estaba afectado por COVID-19.
EL PRIMER POSITIVO A BORDO
El crucero Greg Mortimer partió de Ushuaia (Argentina) hacia las Islas Canarias con 132 pasajeros y 85 tripulantes y llegó a Montevideo cuando uno de sus ocupantes, el primero que debió ser evacuado, el 31 de marzo, tuvo problemas físicos.
Desde entonces, otras siete personas -cinco pasajeros y dos tripulantes- debieron ser desembarcadas e ingresadas en centros médicos de Montevideo para ser tratadas de afecciones respiratorias derivadas de la COVID-19. Dos de ellas aún permanecen internadas en cuidados intensivos.
El 5 de abril, personal de laboratorio, equipado con 216 kits de testeo, ascendió a la nave para determinar cuántos ocupantes estaban afectados por la COVID-19. Como resultado de las pruebas, se informó de que la mayoría estaban «asintomáticos o con síntomas leves».
Por ello, la Cancillería de Uruguay insistió en la prohibición de desembarcar y en la necesidad de que el Gobierno australiano fletara un vuelo para la repatriación de los pasajeros.
UN OPERATIVO ESPECIAL
Finalmente, poco después de las 01.40 horas (04.40 GMT) de este sábado despegó hacia Melburne (Australia) desde el Aeropuerto Internacional de Carrasco, en las afueras de Montevideo, un vuelo médico con 112 cruceristas australianos y neozelandeses, habilitado por el Gobierno de Australia y la compañía propietaria del buque, Aurora Expeditions, tras las gestiones con la Cancillería uruguaya.
A ellos se unieron tres de los cinco pasajeros evacuados en días previos por problemas respiratorios y que recibieron el alta este viernes, según confirmó el canciller de Uruguay, Ernesto Talvi, quien supervisó toda la operación de este viernes.
Algunas de estas personas portaban, emocionadas y agradecidas, banderas de Uruguay o bufandas celestes colgadas al cuello, al tiempo que se despedían desde la pista del país que les permitió regresar a casa en medio de la pandemia global.
El jefe de la diplomacia uruguaya, que estuvo acompañado por el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, y por el de Defensa, Javier García, declaró, cubierto con mascarilla y guantes, que para su país «brindar ayuda humanitaria nunca fue una opción, sino un imperativo ético».
El buque Greg Mortimer había atracado este viernes, poco después de las 18.30 horas (21.30 GMT), en un muelle del puerto de Montevideo con una gran tela desplegada a estribor con la inscripción GRACIAS URUGUAY (en español) y cuatro corazones amarillos pintados.
La operación se desarrolló en medio de las más rigurosas medidas de seguridad en todos los pasos.
Cuatro autobuses, que fueron escoltados por dispositivos de la Armada y del Ministerio del Interior, trasladaron por separado hasta el aeropuerto a los pasajeros que dieron negativo en el test por COVID-19 (31) y a los que ya están contagiados (27 en cada uno de los tres vehículos restantes).
La caravana, que se desplazó por toda la rambla montevideana para evitar el tráfico por las calles de la capital, contó con espontáneos aplausos a su paso. Ya en el aeródromo, los autocares accedieron directamente a la pista, sin que los repatriados tuvieran que hacer los trámites en Migración, ya que los solventaron de manera digital.
Además, solo pudieron viajar con bolsos de mano para que el personal del aeropuerto no tuviera que manipular equipajes.
CUARENTENA DEL GREG MORTIMER EN URUGUAY
El canciller confirmó que el resto de ocupantes del crucero permanecerá en cuarentena en la nave, que zarpará a las 13.00 horas (16.00 GMT) de este sábado para fondear a más de una hora y media del puerto de Montevideo, donde estuvo desde el 31 de marzo hasta este viernes.
El jefe de la diplomacia uruguaya agregó que cuando concluya el período de cuarentena «los pasajeros (con británicos entre ellos) podrán regresar a través de líneas comerciales» y la tripulación continuará con el traslado «a destino», aunque no amplió detalles.
El embajador del Reino Unido en Uruguay, Ian Duddy, explicó en su cuenta de Twitter que está «trabajando en un plan para llevar a los pasajeros británicos y otros europeos de vuelta a casa», aunque señaló que «no es fácil» y que debe «respetar los controles sanitarios» del país suramericano.
A la cuarentena en el barco se incorporaron este viernes dos tripulantes filipinos, que obtuvieron el alta tras ser ingresados en un hospital días atrás.
Uruguay está en emergencia sanitaria desde el 13 de marzo, cuando se dieron a conocer los cuatro primeros positivos por la COVID-19, si bien no hay cuarentena obligatoria. Según las últimas cifras ofrecidas por las autoridades este viernes, el país suramericano registra 494 positivos y 7 fallecidos.
Fuente: EFE