Muy pocos estadunidenses atribuyeron posibilidades de triunfo a Trump. Los votos se percibían a favor de Hilary Clinton. Ella representaba las banderas de la democracia liberal. El primero hoy “The President of The Nation”, con probabilidades de ser reelecto, legitimación que permite, afortunadamente, por una sola vez, “The Constitution”.
Por cuando “la política es extraña”, algo que comenzó como en juego con la frase “América para los americanos”, produjo un terremoto electoral, llevando al magnate del real State a gobernar a su país. Steve Bannon, del portal de noticias Breitbart News, artífice importante de la estrategia electoral, duró con el Presidente, apenas, un año, afirmándose que se lo llevó por delante el libro “Fire and Fury”, de Michael Wolff. A Bannon se califica ultraderechista, defensor de la supremacía blanca y antisemita. Puede decirse, por tanto, que “The real estate developer”, quien comenzó con una especie de “joke”, terminó perplejo ante una conduntende victoria. Pero, también, Hilary Clinton y el Partido Demócrata.
La dificultad para Trump ha debido ser la diferencia de conducir empresas y gobernar a una nación, particularmente, a los EEUU, es el argumento de Caridad Núñez, nacida en EEUU, pero de padre cubano, en enamoramiento con Francisco González, asilado venezolano y socialdemócrata. Por ello, sus discrepancias con el Dr. Anthony S. Fauci, Director del “National Institute of Allergy and Infectious Diseases” que tutela el control del Ebola, VIH, Sida y Zika, contesta González. Caridad es bióloga y el último en un master en leyes. El galeno ha triunfado ante las pretensiones de Trump, en lo relativo a la estrategia de la Casa Blanca ante el COVID-19. Fauci, no ha sido, por tanto, un Bannon.
Caridad adiciona que el Presidente no pudo aplicar ante el Dr. Fauci la gerencia empresarial, pero sí lo hizo con Adhanom (OMS), quien para el español Julio Ariza fue acusado de enmascarar mortíferas epidemias de cólera. Y con razón, Trump aplicó una adecuada medida, no me importa si empresarial o política, eliminando el subsidio de los EEUU a la OMS. Estoy segura de que como socialistoide, debes andar criticando la medida. “Pancho”, como llaman al enamorado sus “panas” caraqueños, recuerda que su “grandfather”, historiador, solía manifestarle que los binomios Castro/Chávez/Castro/Maduro habían sido los más dañinos entre Cuba y Venezuela. Evita siempre que te dominen. Piensa, añorando al abuelo, que la unión con la cubano americana será conflictiva.
Los enamorados pasan 2 semanas sin verse, por lo que para sorpresa de Francisco la dueña de la casa donde vive le manifiesta que una bella joven había estado preguntando por él, motivo que lo induce a visitar a la novia, rezando a la Virgen de la Caridad del Cobre para que le vaya bien. Es premiado, pues “pelan la pava”, durante los primeros 25 minutos, disfrutando sin perder el equilibrio de ese hábito de los enamorados de hace siglos. Pero, lastimosamente, caen en la discusión en lo concerniente a la gestión presidencial, pues la “fidanzata” increpa a Francisco a confirmarle sí califica la de Trump cercana a la “Presidencia imperial”, que definiera Arthur M. Schlesinger, el filósofo de la Corte Kennedy y Enrique Krause, en México. Para el venezolano se ha pretendido arrinconar al Legislativo y al Judicial, desnivelando el “checks and balances”, de la esencia misma de la declaración de independencia y la propia Constitución. La americana dice con ironía a Pancho tener paciencia, pues, Trump sí va a complacer a los venezolanos enviando tropas a tú país, “una región en crisis”. Eso sí, no vayan a quejarse después a Washington alegando el “War Power Resolution” que disciplina las atribuciones presidenciales relacionadas con movilizaciones militares. Ustedes enfrentan una “maxi-mini-partidización” que les impide expulsar a la tiranía que les gobierna. Francisco intuye que su enamorada lo percibe defraudado de Trump por no haber enviado media docena de marines para desalojar Miraflores, por lo que al percatarse que le quedan 15 minutos de visita, decide volver a “pelar pava”. Por supuesto, le va mejor que en la discusión.
Caridad lo despide con amor, no obstante, acude a la chercha sugiriéndole no defender a Thedros, en la próxima visita. Por cierto, que ese nombre en español equivale a “asomao”. Pancho la abraza diciéndole “Jamás defenderé a farsantes y mucho menos a comunistas”. Negó el COVID-D presente ya en Europa. Estoy de acuerdo con tu Presidente de haber retirado el aporte financiero a la OMS.
El venezolano, preocupado por la tendencia republicana de su novia, reacciona al recibir la invitación a visitarle al día siguiente para analizar temas importantes. Francisco casi entra en síncope cuando consigue a Caridad con un pin en el ojal del blazer “Biden Presidente”. Besa al prometido, expresándole “amor, me has convencido”, particularmente, al leer el trabajo “Dirigir un país no es dirigir una empresa”, de Antoni Gutiérrez-Rubí (06/2012), que me recomendaste. Allí se acota que en política la habilidad estética, retórica o gestual no es la clave. Es más bien “la ejemplaridad del comportamiento individual”. Esto es, que el lenguaje como el discurso sean lo suficientemente eficaces para deleitar, persuadir o conmover. Será acaso una demostración de vehemencia que castigaría al Presidente para su reelección, entre otros aspectos, haber despedido de sus cargos en un corto tiempo al director de comunicaciones, jefe de gabinete, director de comunicaciones, director del FBI y al asesor de seguridad nacional. O sea, que no solamente fue Bannon, es la respuesta del venezolano.
La madre de Caridad, Elise Baudin, filóloga de Paris y Cornell, se hace presente. Manifiesta estar enterada de los temas que analizan, lo cual le contenta. Entiendo y comparto vuestra preocupación por la tendencia, a la que me opongo, para que EEUU sea más «tradicional», más «populista» y más blanco. Dios quiera que a Trump, de ser reelecto, no le pique esa culebra. Hizo bien saliendo de Bannon.
Elise se retira diciéndoles “el amor, primero que la política”.
Con esa recomendación se despiden los novios.
Es la 1 de la madrugada.
OPINIÓN- Luis Beltrán Guerra G.: Trump, Fauci y Thedros
