El Gobierno de Argentina ha anunciado en la noche de este jueves que extenderá su oferta de canje de bonos hasta el 2 de junio. La decisión supone el no pago de un bono de 503 millones de dólares (unos 460 millones de euros) que pone a la deuda externa del país sudamericano en default. Será, sin embargo, un “default blando”. La posibilidad de un acuerdo anticipa que los acreedores no acudirán a los tribunales mientras exista esa posibilidad.
La propuesta del ministro de Economía, Martín Guzmán, basada en un plazo de tres años sin realizar pagos, una reducción de 3.600 millones de dólares del capital (sobre un total de 66.238) y una fuerte rebaja de los intereses (del 7% al 2,3% en promedio), no convenció a los poseedores de bonos argentinos. El primer plazo de adhesión a la propuesta concluyó el 8 de mayo con un apoyo estimado menor al 20%. El presidente, Alberto Fernández, extendió entonces las negociaciones hasta el 22 de mayo, cuando se cumple el mes de gracia de tres bonos que Argentina dejó de pagar en abril. Fuentes del ministerio de Economía han confirmado que no habrá pago alguno este viernes, porque los bonos vencidos forman parte del canje de títulos ofrecido a los acreedores.
No habrá pago, pero tampoco consecuencias inmediatas porque se seguirá negociando. Desde el 8 de mayo, Gobierno y acreedores acercaron posiciones. Los bonistas presentaron tres propuestas de canje que ahora están bajo análisis del Gobierno. El ministro Guzmán ya había anticipado que el 22 de mayo sería “una fecha anecdótica” porque estaban “trabajando duro” con los bonistas. Las partes deben encontrar un punto intermedio entre los 40 centavos por bono que ofrece la Casa Rosada y los 60 centavos que exigen los acreedores más duros.
En un extenso comunicado, el Gobierno argentino ha dicho que “continúa recibiendo opiniones y sugerencias de inversores acerca de diferentes caminos para mejorar el valor de recuperación”. “La República [Argentina] se encuentra analizando estas sugerencias para maximizar el apoyo de los inversores, preservando al mismo tiempo sus objetivos de sostenibilidad de la deuda (…) Argentina y sus asesores pretenden aprovechar esta extensión para continuar con las discusiones y permitirles a los inversores continuar contribuyendo con una reestructuración de deuda exitosa”, señala el texto difundido por el Ministerio de Economía.
La negociación ha recibido una vez más el respaldo del Fondo Monetario Internacional, el principal acreedor de Argentina. A finales de marzo, el FMI publicó un informe técnico en el que calculó un alivio de entre 55.000 y 85.000 millones de dólares para que la deuda argentina sea sustentable en el largo plazo. Horas antes de esta nueva extensión de plazo, el portavoz del organismo, Gerry Rice, ha reiterado que apoyan las negociaciones que Buenos Aires mantiene con los bonistas. “No quisiera especular aquí con el resultado de esas negociaciones, lo que quiero decir es que estamos alentados por la voluntad de ambas partes de seguir negociando”, ha dicho. Argentina tiene ahora 10 días por delante para alcanzar un acuerdo.