Ecuador, duramente afectado por el coronavirus, reanudó el lunes 1 de junio los vuelos comerciales domésticos y retomará los internacionales en el correr de la semana, en tanto redujo de 15 a 11 horas el toque de queda, desescalando aún más el confinamiento impuesto desde marzo por la pandemia.
«Hemos iniciado ya los vuelos comerciales desde el día de hoy», dijo a la prensa Luis Galárraga, portavoz del aeropuerto internacional de Tababela, que sirve a Quito, tras el despegue de un avión hacia la localidad de Loja (sur y cerca de la frontera con Perú).
Ante la presencia de la covid-19, el gobierno había ordenado en marzo el estado de excepción, que se extenderá hasta mediados de junio.
También dispuso el cierre de fronteras, la suspensión de todos los vuelos (a excepción de los humanitarios y de carga), del trabajo presencial y de las clases e impuso un toque de queda de 15 horas diarias para promover el confinamiento, con miras a evitar la propagación del virus.
En tanto, los vuelos internacionales en el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito se restablecerán el próximo jueves, con el arribo de aviones procedentes de Miami y Houston, señaló Galárraga.
La terminal aérea José Joaquín de Olmedo del puerto de Guayaquil (suroeste) reabrirá las operaciones el miércoles con vuelos internacionales, indicó a su vez la portavoz Daniela Arosemena. Los locales se darán a partir del 15 de junio en esta terminal.
– Prevén nuevos brotes –
Ecuador mantendrá por dos semanas la prohibición para vuelos provenientes de países con un alto contagio como Brasil, en tanto exige el resultado negativo de prueba de covid-19 y la cuarentena obligatoria para los viajeros provenientes del exterior.
El país, con 17,5 millones de habitantes, es de los más azotados por la pandemia en Latinoamérica con más de 39.000 casos, incluidos 3.358 muertos (19 fallecidos por cada 100.000 personas).
Ecuador es la cuarta nación con más fallecidos por coronavirus en la región, detrás de Brasil, México y Perú, según un conteo de la AFP.
Guayaquil, núcleo comercial de la nación, fue el epicentro de la covid-19 en el país (actualmente cuenta con casi 9.800 contagios) y sufrió en abril el colapso de sus sistemas hospitalario y funerario.
El ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, dijo el lunes que «las gestiones (para enfrentar el coronavirus) van mejor. Sin embargo, no podemos bajar los brazos» para «enfrentar esta nueva fase de la pandemia».
Añadió que es «previsible que va a haber nuevos brotes», por lo que los alcaldes tienen la facultad de restablecer las restricciones.
– Hacia la reactivación –
Para promover la reactivación económica de manera progresiva, el Ejecutivo también dispuso desde el lunes reducir en cuatro horas (a once) el toque de queda y ampliar de uno a dos días la circulación de vehículos particulares, manteniéndose la suspensión del servicio de autobuses.
A mediados de mayo Ecuador empezó a aligerar el confinamiento mediante un semáforo que establece el nivel del peligro, en el que el color rojo contempla las más duras medidas.
El amarillo permite el transporte urbano, el trabajo presencial con 50% del personal y el toque de queda de ocho horas.
Con el verde, 70% de los empleados podrá hacerse presente y la prohibición a la libre circulación se reducirá a cinco horas diarias.
Casi la mitad de la población ecuatoriana cumple actividades con el semáforo en amarillo, mientras que Quito, con cerca de tres millones de habitantes, se mantiene en rojo.
El presidente Lenín Moreno dijo el domingo por la noche que «el cambio de restricciones del #SemáforoEC permitirá avanzar con cautela hacia la reactivación económica» del país, que desde marzo ha perdido más de 12.000 millones de dólares en el sector productivo.
Fuente: Panorama