Más de medio millar de opositores, periodistas independientes y activistas cubanos denunciaron en una carta abierta los intentos del régimen de la isla de hacerse con un asiento en el Consejo de Derechos Humanos y solicitaron a la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, que visite la isla.
Los firmantes, entre los cuales están Damas de Blanco, integrantes de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y periodistas independientes, entre otros, quieren “llamar la atención” sobre la “captura” de organizaciones de derechos humanos por regímenes autocráticos.
También buscan “crear alianzas” para fortalecer su voz como representantes de la sociedad civil cubana y exponer las razones para que Cuba no sea aceptada como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, dijeron.
La carta abierta pide a Bachelet que exija al gobierno cubano que cumpla con su propia legalidad y la ratificación de los pactos internacionales de derechos.
La oficina de la Alta Comisionada respondió en un correo electrónico a el Nuevo Herald que de acuerdo a la práctica de las Naciones Unidas, la funcionaria solo puede visitar el país al ser invitada por las autoridades.
“El Alto Comisionado decide sobre la pertinencia de la visita con base en una variedad de criterios, incluida la disponibilidad de la agenda, la garantía de ciertas condiciones mínimas durante la visita, el posible impacto de la visita al país”, explicó la oficina con sede en Ginebra.
La Alta Comisionada no ha recibido ninguna invitación oficial del Estado cubano, agregaron. “La Oficina sigue de cerca la situación en el país y mantiene un diálogo constante y directo con las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el país, las autoridades cubanas, el equipo de la ONU en el país y otros interlocutores relevantes”, añadió la comunicación oficial.
Para los firmantes de la carta abierta, “no solo las autoridades cubanas violan sin sonrojo la Carta Internacional de Derechos Humanos (…) sino que violan con muy poca discreción la única Carta vinculante, la Constitución”.
Según los activistas y opositores, la Constitución cubana es “letra muerta” para los ciudadanos de la isla en lo que respecta al respeto a los derechos humanos.
“En Cuba mandan los decretos, no gobiernan ni la Constitución ni la ley. Y de estos decretos son víctimas artistas, periodistas, defensores de derechos humanos, activistas políticos y ciudadanos en general”, aseguran.
Quienes suscriben la misiva recordaron una carta abierta precedente, firmada por más de 2,000 cubanos, solicitándole a Bachellet una visita a la isla similar a la que la Alta Comisionada hizo a Venezuela, que produjo un demoledor informe que evidenció las violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas por el chavismo.
“Desafortunadamente, Cuba ha pasado del pesimismo a la frustración en sus esperanzas de que el gobierno respete un orden de convivencia civilizado. Las autoridades han elegido mandar por decreto, represión y con arbitrariedad, donde se esperaba que gobernasen de acuerdo a la ley”, reza la carta abierta.
“Nos preocupa también que Estados decididamente autocráticos como los de Arabia Saudita, Rusia y Cuba puedan entrar, y en el caso nuestro regresar, a un asiento en el Consejo de Derechos Humanos”, agrega.
Los firmantes se muestran preocupados por el expansionismo chino que presuntamente vulnera los derechos cívicos en Hong Kong, así como la actuación del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
Entre las firmas se encuentran las de José Daniel Ferrer, ex preso político y fundador de UNPACU; el periodista Boris González Arenas, reprimido frecuentemente en La Habana; el pastor cristiano Mario Félix Lleonart y el intelectual Manuel Cuesta Morúa, del movimiento opositor Arco Progresista, entre otros.
“Los autoritarismos vienen tejiendo, con relativo éxito, su coalición global contra los derechos en el seno mismo de las organizaciones de derechos humanos”, advierten.
Según los firmantes, si el gobierno cubano, al que consideran “una pieza clave” en la “coalición autoritaria” resulta electo al Consejo de Derechos Humanos, será “contra las aspiraciones mayoritarias de la ciudadanía cubana”.
Fuente: El Nuevo Herald