La amenaza de una crisis alimentaria planea sobre América Latina, que superó este jueves,11 de junio, el umbral de los 1,5 millones de casos de coronavirus.
La debacle financiera generada por las medidas para enfrentar la pandemia “nos puede llevar a un retroceso de 13 años”, dijo el jueves Alicia Bárcena, secretaria general de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“Nos preocupa que la región pueda salir de esta crisis más endeudada, más pobre, más hambrienta y con alto desempleo. Y sobre todo, enojada”, resaltó la funcionaria mexicana, que se refirió al porvenir de la región como “la recesión más grande de la historia”.
América es el actual epicentro del COVID-19. De México hasta Argentina se cuentan más de 73.000 fallecidos y 1,5 millones de infectados, según un recuento de AFP del jueves realizado a partir de informes oficiales.
Brasil, con 210 millones de habitantes, superó este jueves los 40.000 decesos y los 800.000 casos positivos, según estadísticas oficiales.
El papa Francisco reiteró su “solidaridad y afecto al pueblo brasileño”, en una llamada al arzobispo de Aparecida (Sao Paulo), Orlando Brandes.
En el gigante sudamericano ya han muerto 181 profesionales sanitarios por COVID-19. Los enfermeros, la mayoría mujeres, lamentan las guardias maratónicas, los salarios bajos y la gran presión psicológica por temor a llevar el coronavirus a casa.
“No todas las heroínas llevan capa”, resume Flavia Menezes, técnica de Enfermería en el hospital Ernesto Che Guevara, a 60 km de Rio de Janeiro.
Perú, con 33 millones de habitantes, es el tercer país más golpeado por el virus tras Brasil y México. Este jueves reportó una jornada negra, al superar los 6.000 muertos por coronavirus y batir un récord de más de 200 decesos en 24 horas.
Al menos 170 policías han perdido la vida por coronavirus, de los 9.900 agentes que se han contagiado.
Carrera por la vacuna
En todo el mundo, el nuevo coronavirus ha dejado más de 419.000 muertos desde que apareció en diciembre en China, y 7.475.365 contagios confirmados, según el balance de AFP.
Estados Unidos sigue siendo el país más afectado del mundo con 113.000 muertos y más de 2 millones de infectados.
Tras conocerse que enfrenta un aumento en el número de casos en varios estados, el gobierno estadounidense advirtió el jueves que no cerrará su economía si se produce una segunda ola de contagios.
La administración de Donald Trump apostó fuertemente a conseguir la vacuna contra el SARS-CoV-2, y uno de sus patrocinados, el laboratorio biotecnológico Moderna, anunció el jueves que su vacuna experimental entrará en la tercera y última fase de ensayos clínicos en julio con 30.000 voluntarios.
Moderna lleva, junto con la Universidad de Oxford que también lanzó un ensayo a gran escala con 10.000 voluntarios y espera los primeros resultados en septiembre, la delantera en esta carrera mundial, para la que recibió 483 millones de dólares del gobierno.
En Brasil, el gobernador del estado de Sao Paulo, Joao Doria, anunció casi en simultáneo la firma de un acuerdo de transferencia tecnológica con el laboratorio chino Sinovac Biotech para producir una vacuna que se probará con 9.000 voluntarios a partir de julio.
México, con más de 15.000 muertos y 130.000 casos, espera haber alcanzado el pico de la curva después de llevar “cerca de 17 o 18 días estancado el descenso” pero sin “patrón ascendente”, es decir, en una meseta, dijo el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell.
En Chile la curva sigue en ascenso, al igual que en Panamá, que batió su récord de infecciones diarias para acumular 17.884 y 413 muertes.
Abrir fronteras
La Comisión Europea pidió este jueves que se abran las fronteras internas desde el lunes, y a partir del 1 de julio las exteriores para los países de los Balcanes y otros, tras permanecer cerradas durante casi tres meses.
En pleno desconfinamiento, Europa, donde el COVID-19 mató a 186.208 personas y ha dejado casi 2,4 millones de infectados, se prepara para una nueva normalidad con el ojo puesto en la reactivación económica, en particular del turismo, vital para países como España, Grecia, Italia o Francia.
Porque más allá de la catástrofe sanitaria, a medida que el mundo recupera cierta normalidad los efectos se hacen más visibles en la economía.
Para los jóvenes, pero sobre todo para las jóvenes, la pandemia ha supuesto la pérdida de empleo, poder adquisitivo y, especialmente, de la confianza en el futuro, tanto que podría dar lugar a una nueva “generación sacrificada”, como tras la crisis financiera de 2008.
La mitad de los ‘millenials’ (de 25 a 34 años) y de la generación Z (de 18 a 24 años) ya ha sufrido el impacto de la crisis sanitaria en sus bolsillos, según la consultora Kantar.
En España, “prácticamente el 50% de la destrucción del empleo que se ha producido desde el inicio de la crisis está concentrada en personas que tienen menos de 35 años”, reconoció recientemente el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.
Fuente: Efecto Cocuyo