Así lo resumió la agencia de noticias AP : «El demócrata Joe Biden está reuniendo un equipo de los mejores abogados en previsión de las impugnaciones judiciales al proceso electoral que, en última instancia, podrían determinar quién gana la carrera por la Casa Blanca». Es así como se determina que las cartas están echadas: las elecciones del 3 de noviembre serán unas de las más atípicas e importantes de la historia, no solo por todo lo que está en juego por el contexto político, económico y social; sino también porque antes de tener los resultados, ya se allana el camino para desconocerlos.
Las polémicas son diversas, una de las más mencionadas es el voto no presencial vía correo, de hecho, el presidente Trump denunció que, si este se efectúa de forma masiva en todo el país, puede llevar a un gran fraude electoral. Por otro lado, los Demócratas alegan que esta es una de las formas más seguras de votar porque así se mantendrá la sana distancia y generará menos contagios.
Si bien es cierto que hay Estados dentro de EE. UU. que han adoptado esta modalidad de voto por correo en lugar de la vía presencial, también se ha denunciado que ese no es un método demasiado seguro y es vulnerable a manipulaciones. Y las dudas surgen porque, principalmente, jamás se ha adoptado esta forma de votar de manera masiva; lo que puede oscurecer el proceso electoral de noviembre.
También se han discutido otros temas como la supresión de votos, y los Demócratas han movido sus fichas formando su propio «ejército de abogados» para «garantizar que las elecciones se administren adecuadamente y los votos se cuenten correctamente». Además, dicen que trabajarán con el fin «combatir la supresión de votantes en las urnas, identificar la interferencia extranjera y la desinformación, y educar a los votantes sobre los diferentes métodos disponibles para emitir votos».
Una elección polémica: ¿es posible el fraude?
La campaña de Biden enaltece su esfuerzo singularizando que este es el mayor acto de protección electoral de la historia de EE. UU., pues están dispuestos a «proteger los derechos de los votantes» hasta las últimas circunstancias, incluyendo los tribunales. Pero lo que también se puede leer entre líneas es que los Demócratas están allanando el camino para cantar fraude, desconocer los resultados, sentar precedentes e ir a la justicia a pelear las elecciones.
Del otro lado, Trump tampoco no se ha quedado rezagado, pues tiene a sus propios abogados trabajando y analizando diversos temas electorales. El presidente ha manifestado en diversas ocasiones sus dudas sobre los votos mediante papeletas por correo, algo que no es descabellado, como muchos han señalado, puesto que no pocos estadounidenses tendrían desconfianza del proceso electoral si el voto por correo se realiza masivamente y si el conteo de votos se atrasa por ello.
Además, se ha comprobado que las dificultades para votar por correo son mayores a las presenciales. Por lo que muchos electores pueden perder su voto. Una columna en este medio publicada por el periodista Juan Carlos Sánchez explica muy bien esta situación.
Más allá de eso, los Demócratas pasan por alto las polémicas de las posibles irregularidades electorales y tildan esto como «desinformación» o «acusaciones sin sustento», pese a que es un hecho que, los Estados no acostumbrados a contabilizar los votos por correo de forma masiva, tendrán grandes problemas para contar y validar las papeletas de forma rápida y efectiva. En ese sentido, los Demócratas ya trabajan en lo judicial para: I. «Defender sus intereses y reglas electorales». II. «Preparar el terreno para cantar fraude».
«El ejército» de Biden
El artículo de AP lanzó una declaración de un comunicado de Bob Bauer, asesor principal de la campaña de Biden y exabogado en la Casa Blanca en la era Obama: «A pesar de las amenazas huecas de Donald Trump y sus aliados republicanos y la constante desinformación, los funcionarios electorales de todo el país están trabajando incansablemente para celebrar elecciones libres y justas, y contamos con un equipo nacional extraordinario para garantizar que todos los votantes elegibles puedan ejercer su derecho al voto y que se cuente su voto».
Bauer trabajará junto a la asesora general de la campaña de Biden Dana Remus, en el área de «protección de los votantes». Además, miles de abogados Demócratas están trabajando en este tema según la campaña.
El equipo de Biden formó una unidad de «litigio nacional especial» que cuenta con cientos de abogados liderados por Walter Dellinger, un procurador general de la administración Clinton, y Donald Verrilli, quién fue procurador general en el mandato de Obama. También, Eric Holder, un ex fiscal general, trabajará junto a la campaña Biden ejerciendo un rol de divulgación sobre los derechos de voto.
De acuerdo con AP, el abogado demócrata Marc Elias y un equipo de abogados de su firma, Perkins Coie, se concretarán «en proteger el acceso de los votantes y garantizar un recuento de votos justo y preciso».
La asesora general de Biden, Remus, señaló que «Podemos y seremos capaces de celebrar elecciones libres y justas en noviembre y estamos implementando un esfuerzo de protección al votante sin precedentes con miles de abogados y voluntarios en todo el país para garantizar que la votación se desarrolle sin problemas».
La campaña de Trump no quedó callada, y en voz de su subdirector, Justin Clark, señalaron a los Demócratas de presionar para debilitar el sistema electoral y sus reglas: «a medida que los demócratas continúen presionando para debilitar las reglas razonables que previenen el fraude, como la identificación de votantes y la coincidencia de firmas, el presidente Trump y su campaña continuarán protegiendo la integridad del voto».
Clark añadió: «Nuestro equipo continuará luchando todos los días en la sala del tribunal y en el terreno para asegurarse de que todos los votantes elegibles tengan derecho a votar y que su voto se cuente una vez».
Lo cierto es que el panorama no es alentador, el delicado contexto así lo presenta. En ese sentido, la posibilidad de que las elecciones del 3 de noviembre no solamente sean las más largas de la historia, sino también una de las más polémicas de todos los tiempos, no es algo lejano.
Esto es preocupante teniendo en cuenta todo lo que está en juego: Demócratas que buscan volver al poder incluso si esto implica traicionar los valores históricos americanos aliándose con los enemigos históricos de EE. UU., y un partido Republicano que se presenta como un muro de contención que tampoco está exento de errores y de preocupantes incoherencias.
Fuente: PanamPost