FGV es una de las empresas de aceite de palma más grandes del mundo y está relacionada estrechamente con Felda, que es propiedad del gobierno de Malasia.
La orden de la CBP se conoció una semana después de que una investigación de The Associated Press expusiera una letanía de abusos laborales en la industria del aceite de palma en Malasia e Indonesia, que juntas producen alrededor del 85% del suministro mundial, valorado en unos 65.000 millones de dólares.
Algunos de los abusos ocurrieron en plantaciones operadas por Felda. El aceite de palma producido en condiciones abusivas acaba en las cadenas de suministro de las empresas de alimentos y cosméticos más emblemáticas del planeta como Unilever, L’Oreal, Nestlé y Procter & Gamble.
FGV publicó un comunicado durante el fin de semana en el que dijo que estaba comprometida con el respeto a los derechos humanos, por lo que estaba tomando medidas para asegurarse de que sus trabajadores tengan acceso a sus pasaportes y salarios.
“Nuestro compromiso con la sostenibilidad es claro y estamos decididos a alcanzar las metas y objetivos que nos hemos fijado como empresa responsable y sostenible”, aseguró.
El aceite de palma es el aceite vegetal más consumido en el mundo y se encuentra en aproximadamente la mitad de los productos que acaban en los estantes de los supermercados. La producción se ha disparado a nivel mundial, pasando de 5 millones de toneladas en 1999 a 72 millones en la actualidad, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. La demanda de ese producto sólo de Estados Unidos ha aumentado el 900% durante ese mismo periodo.
Fuente: Diario las Américas