El Tesoro no explica claramente el vínculo entre estas sanciones y las acusaciones formuladas el miércoles en la noche por el director de Inteligencia estadounidense, John Ratcliffe.
Este último acusó a Irán de haber obtenido datos de electores estadounidenses y enviado correos «diseñados para intimidar a los votantes, incitar a la agitación social y dañar al presidente [Donald] Trump», quien busca su reelección el 3 de noviembre.
Las autoridades iraníes rechazaron, de su lado, lo que calificaron de «invenciones».
«El régimen iraní utiliza narrativas falsas y otros contenidos engañosos para tratar de influir en las elecciones estadounidenses», aseguró este jueves, sin más precisiones, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quien prometió «combatir los esfuerzos de todo actor extranjero que amenace el proceso electoral».
Las entidades objetivo son los Guardianes de la Revolución y su unidad de élite para las operaciones exteriores, la Fuerza Qods, ambas ya sancionadas en varias ocasiones por Washington.
En esta ocasión, también sanciona al Bayan Rasaneh Gostar Institute, presentado como la herramienta de propaganda de los Guardianes de la Revolución, así como la Unión iraní de radios y televisoras islámicas y la Unión internacional de medios virtuales.
«El personal de Bayan Gostar previó influenciar la elección explotando cuestiones de sociedad en Estados Unidos, incluyendo la pandemia de COVID-19, y denigrar a personalidades políticas estadounidenses», afirmó el Tesoro.
Por otro lado, Estados Unidos impuso el jueves sanciones al embajador de Irán en Bagdad, Iraj Masjedi, acusado de «intentar desestabilizar Irak» como general de los Guardianes de la Revolución.
El gobierno estadounidense informó que el diplomático era un «asesor cercano» de Qassem Soleimani, el jefe de la Fuerza Qods.
Fuente: Diario las Américas