Carta abierta
A los cubanos donde quiera que vivan e independiente de la ideología que profesen, sobre la necesidad de un Diálogo Nacional.
A las organizaciones internacionales y de derechos humanos.
A los gobiernos democráticos del mundo.
A los ciudadanos libres.
1- Luego de sesenta años de instaurarse una dictadura totalitaria de corte comunista, las tensiones al seno de la sociedad insular se agravan de manera irreversible.
2- En el último bienio, al agotamiento por la perenne crisis, se suma la falta de liderazgo del grupo en el poder y la desatención a los serios problemas acumulados en el país: el subdesarrollo crónico, el desempleo, crisis de alimentos, medicinas, insalubridad y una constante incertidumbre sobre el presente y el futuro de la nación.
3- Ante los claros signos de disfuncionalidad y agotamiento del estado, medrado, además por la falta absoluta de libertades, las violaciones permanentes de la Constitución y por la corrupción en todos los niveles, la sociedad da señales de angustia, malestar e irritación.
4- Así mismo, la sociedad ha comenzado a llamar la atención de manera perceptible a través de diferentes acciones cívicas, y la sentada de protesta y reclamo de más de 300 ciudadanos, en su mayoría jóvenes artistas e intelectuales, pidiendo al gobierno que escuche sus demandas libertarias y de solidaridad con los huelguistas del Movimiento San Isidro.
5- La respuesta de las autoridades ha sido movilizar efectivos militares, policiales paramilitares y civiles contra la ciudadanía; las de lanzar una campaña de desinformación, amedrentamiento y asesinato de la reputación de los intelectuales, artistas, periodistas y ciudadanos dispuestos a participar en un diálogo que apunte a una distensión y el respeto del disenso.
6- Las autoridades utilizan la actual situación sanitaria como herramienta para la represión legal. Se crea así un vacío ético entre salud pública y salud moral en el estado, que fortalece las tendencias centrífugas de la sociedad.
7- No ha faltado en el último decenio la actitud constructiva, creativa y solícita de la comunidad internacional, los Estados Unidos de América, la Unión Europea, Japón, varios países latinoamericanos, el Club de Paris y otras organizaciones transnacionales, dando pasos para eliminar tensiones y crear un clima positivo al interior y el exterior de Cuba.
8- Ante todas estas acciones de la ciudadanía, la sociedad civil cubana, y la comunidad internacional, el gobierno del estado, en contradicción con importantes premisas institucionales del Estado, solo ha tenido como respuesta la intransigencia, intolerancia, el odio y la violencia, y la negativa a un diálogo inclusivo desde la condición nacional.
9- En esa lógica, intenta transferir las tensiones acumuladas en el interior de la isla, al escenario internacional, culpándolo del drama que implica a toda la nación. Al mismo tiempo que apoya y se solidariza con sus aliados internacionales, demoniza cuando se trata del apoyo y la solidaridad internacional, a la comunidad de derechos humanos y prodemocrática cubana.
Por esas razones, los periodistas independientes y demás grupos alternativos de la sociedad civil nos pronunciamos:
1- A favor de las libertades individuales recogidas a la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, de la que Cuba es signataria aunque el régimen prohíbe la circulación de este documento en el país, así como los reflejados en la Constitución cubana.
2- Por un diálogo nacional y por reformas profundas en todos los órdenes donde se resuelvan los problemas estructurales del país y la nación cubana.
3- El acompañamiento de los organismos internacionales y la comunidad internacional a este esfuerzo de la sociedad civil. Facilitando el diálogo y evitando los obstáculos que lo puedan frenar.
La Habana, 10 de diciembre de 2020
Fuente: Diario las Américas