Bolsonaro atribuye el derrumbe económico del país a las medidas de confinamiento preconizadas por los gobernadores para combatir la pandemia de coronavirus, que ya dejó casi 198.000 muertos en Brasil. En este período Bolsonaro ganó popularidad gracias a las ayudas de emergencia otorgadas durante nueve meses a 68 millones de brasileños, casi un tercio de la población.
Pero este mes esa ayuda cesó, bajo la presión de los mercados que alertan sobre el alto nivel de déficit y endeudamiento del país, que puede quedar «al borde de un abismo social», según Marcelo Neri, director del Centro de Políticas Sociales de la Fundación Getúlio Vargas (FGV).
«Por muy fuertes que sean las palabras del presidente, las veo como un argumento retórico para preparar políticamente los cortes de los gastos de emergencia e intentar equilibrar las cuentas públicas», afirmó André Perfeito, de la correctora Necton.
«La situación es grave», opinó Necto, quien considera que «el problema central no es la falta de dinero, sino la falta de un plan claro» en un país que aún no tiene fecha de inicio de la vacunación contra el COVID-19.
Mientras tanto, la curva de contagios y muertos continúa en alza. En las últimas 24 horas el gigante sudamericano registró 1.171 óbitos y casi 60.000 nuevos contagios, números que deben dispararse en las próximas semanas debido a las celebraciones multitudinarias que se produjeron en las fiestas de Navidad y del Año Nuevo, según especialistas.
Fuente: Diario las Américas