Mientras el senador Marco Rubio aplaudió la decisión de la administración del presidente Donald Trump, que volvió a incluir a Cuba en la lista negra de «Estados patrocinadores del terrorismo«, de la cual había sido retirada durante la presidencia de Barack Obama en 2015.
“Por demasiado tiempo hemos visto como el régimen de los Castro, el cual ahora es gobernando bajo el mando de su títere Miguel Díaz-Canel, acoge a organizaciones terroristas extranjeras como las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y a miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). No es ningún secreto que Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel están dándoles refugio a terroristas y están activamente apoyando a los regímenes antidemocráticos en nuestra región”, dijo Rubio a través de un comunicado de prensa de su despacho.
De acuerdo con el legislador de origen cubano, la reubicación de Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo debió haber ocurrido mucho antes, algo que asegura pidió en repetidas ocasiones.
Apoyo a Maduro
«Con esta medida, volveremos a responsabilizar al gobierno de Cuba y enviaremos un mensaje claro: el régimen de Castro debe poner fin a su apoyo al terrorismo internacional y la subversión de la justicia estadounidense», dijo pompeo en un comunicado.
Es uno más de los movimientos de último minuto que está haciendo la administración Trump antes de que Biden asuma el cargo el 20 de enero.
Sacar a Cuba de la lista negra fue uno de los principales concesiones a Cuba en política exterior del expresidente Obama en su búsqueda de «mejores» relaciones con la isla comunista, un esfuerzo respaldado por Biden como su vicepresidente en ese entonces. Los lazos estaban prácticamente congelados desde de que Fidel Castro asumió el poder en 1959.
La flexibilización fue criticada por grupos del exilio cubano ante la apertura de Obama al régimen comunista cubano a cambio de ninguna concesión del castrismo a favor de la democracia y el respeto a los derechos humanos.
Pero Trump revirtió este acercamiento de Washington con La Habana apenas asumió en 2017, recrudeciendo el embargo vigente desde 1962 e imponiendo una batería de sanciones a su aliado Venezuela.
«Mensaje claro»
«Con esta medida, volveremos a responsabilizar al gobierno de Cuba y enviaremos un mensaje claro: el régimen de Castro debe poner fin a su apoyo al terrorismo internacional y la subversión de la justicia estadounidense», dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, evocando al fallecido Fidel Castro y a su hermano Raúl, líderes de la revolución de 1959.
«Durante décadas, el gobierno cubano ha alimentado, alojado y brindado atención médica a asesinos, fabricantes de bombas y secuestradores, mientras que muchos cubanos pasan hambre, se quedan sin hogar y no tienen medicamentos básicos», añadió en un comunicado.
Pompeo destacó la «maligna interferencia» de Cuba en Venezuela y en otros países latinoamericanos.
También señaló el «apoyo» de La Habana a la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que Estados Unidos considera una organización terrorista extranjera, así como a disidentes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Además, acusó a Cuba de acoger varios fugitivos estadounidenses de la justicia desde los años 1970, como Joanne Chesimard, Ishmael LaBeet y Charles Lee Hill, entre otros.
Esta designación tiene un fuerte impacto económico para la isla comunista, dado que restringe el comercio y la ayuda exterior de Estados Unidos y expone a los inversionistas extranjeros a ser procesados por Estados Unidos.
El futuro gobierno de Joe Biden, que asumirá el 20 de enero, podría eliminar a Cuba de este listado, pero primero Antony Blinken, candidato a suceder a Pompeo, tendría que realizar una revisión formal, lo que significa que la medida puede estar en vigor durante meses.
La dictadura reacciona
Cuba calificó como un acto de «oportunismo político» la última acción del gobierno de Estados Unidos: incluir nuevamente a la isla en la lista de países «patrocinadores del terrorismo», de acuerdo con un mensaje emitido el lunes por el canciller Bruno Rodríguez.
«El oportunismo político de esta acción es reconocido por todo el que tenga una preocupación honesta ante el flagelo del terrorismo y sus víctimas», dijo Rodríguez en un mensaje en Twitter, en el que condenó «la hipócrita y cínica calificación de #Cuba como Estado patrocinador del terrorismo».
Cuba es el principal aliado del régimen de Venezuela, acusado de vínculos con el narcotráfico.
“La administración entrante (Joe Biden) debería seguir esta línea en su política hacia la isla y continuar responsabilizando al régimen cubano por sus actividades desestabilizadoras en nuestro hemisferio”, apuntó el senador Marco Rubio.
Fuente: Diario las Américas