Para nadie es un secreto que Venezuela atraviesa más de dos décadas con una de las peores crisis política, social y económica de su era Republicana. Existe un conflicto sin precedente que tiene atrapado a millones de personas que anhelan un país donde se pueda vivir con bienestar. Guerra viral del siglo XXI: En medio del conflicto, millones de ciudadanos, hoy luchan por la supervivencia intentando acceder a los alimentos, a servicios de salud, al trabajo y a la seguridad personal, pero enfrentando adicionalmente una guerra que ha generado miles de muertos, me refiero a la guerra viral causada por una tragedia que azota a toda la humanidad y que Venezuela no se escapa de ella, la Pandemia del Covid-19. Esta guerra viral solo se puede enfrentar de una manera, y es con un sistema masivo de vacunación, que a la fecha no cuentan los venezolanos, arrojando datos de muertes alarmantes y personas enfermas. Se ha cumplido más de un año de la llegada del virus, y es evidente el fracaso en vencer este mal que somete a todos los ciudadanos, y que mata tanto a los afectos del régimen como a los afectos de la oposición, y en especial a la mayoría de los ciudadanos que no pertenecen a ninguno de los grupos o actores políticos, siendo su único deseo ser vacunados y se les permita seguir viviendo (hasta la fecha se han vacunado con una sola dosis el 0,8% de la población). Estamos perplejos de cómo se genera una madeja política en medio de la pandemia, atribuyéndose cada uno de los actores políticos, las culpas sin soluciones claras de una vacunación masiva a la población, incluso se engaña, cuando refieren que el sistema COVAX promovida por la Organización Mundial de la Salud, va a resolver el problema, a sabiendas que ese sistema solo garantiza la adquisición de vacunas destinada a un 20% de la población más vulnerable. Guerra civil: Se viene hablando de una guerra civil donde hermanos venezolanos se encuentran divididos por una situación generada en una lucha de poderes, existiendo tres grupos claramente identificados: El primero, conformado por un grupo de personas que se mantienen de facto en el poder, con múltiples demandas y denuncias por violaciones sistemáticas de derechos humanos, delitos de lesa humanidad y otros delitos de naturaleza criminal. El segundo, conformado por una camarilla que hacen parte de un juego macabro, alzándose como voceros de parte de la oposición venezolana, demostrando no tener capacidad ni estrategias claras para lograr un cambio en la conducción del país. El tercero, la mayoría de los venezolanos, que anhelan un país que tenga una Democracia sustentada en el Estado de derecho, y que hacen una resistencia de dignidad ciudadana liderada por la sociedad civil. 2 La tregua y el milagro: Se alzan las voces de personalidades que proponen una tregua, con el único propósito de que se realice un plan de vacunación masivo de venezolanos con la ayuda de la comunidad internacional conocedora del tema. El milagro es lograr la tregua en una guerra viral que nadie puede negar su existencia, donde todos los venezolanos, sin distingos políticos, están expuestos, por lo tanto, hay que pensar con seriedad en la necesaria implementación de un plan de salud masivo para que cada venezolano reciba las vacunas que lo puedan salvar de la muerte. El fin es salvar vidas: Se trata de salvar vidas, y no de ganancias políticas o económicas, situación que implica que a toda la población tiene que garantizarse el derecho a ser protegido dentro de la ejecución de un plan de vacunación de salvación. Tenemos que advertir, que negarse a la ejecución de un plan nacional confiable, es incurrir en un delito de lesa humanidad, tipificado como un exterminio por el Estatuto de Roma en su articulo 7.1.b y 7.2.b, que reza: “… Artículo 7. Crímenes de lesa humanidad. 1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por “crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque: (…) b) Exterminio; 2. A los efectos del parágrafo 1: (…) b) El “exterminio” comprenderá la imposición intencional de condiciones de vida, entre otras, la privación del acceso a alimentos o medicinas, entre otras, encaminadas a causar la destrucción de parte de una población…”. Las personas responsables de que se ejecute un plan de salvación, y una eventual negativa, los haría incurrir en el delito de naturaleza internacional, ya referido como el delito de extermino, y es aquí donde el Estado y los funcionarios que tienen el deber de garantizar la salud de todos los ciudadanos, y ello incluye no solo a Nicolas Maduro Moros como la persona que detenta el poder de facto en el Poder Ejecutivo, sino todas las personas que detentan de facto los cargos principales del Estado, serán responsables de delitos graves, sino aceptan y acompañan un verdadero plan de salvación. Todo indica que el milagro seria primero lograr la tregua entre los factores en conflicto, y pensar en la vida de todos los venezolanos, siendo inaceptable las excusas de no admitir la ayuda de la comunidad internacional y mucho menos de buenos venezolanos que presenten un plan de salvación nacional. Es urgente contar con un plan que cuente con las vacunas confiables, y cumpla con todos los protocolos necesarios, desde adquirir las vacunas, trasladarlas a Venezuela, garantizar la cadena de custodia, y su implementación médica para que cada ciudadano reciba la vacuna. La tregua propuesta y la ejecución de un plan masivo de vacunación debe tener el fin único de salvar a los venezolanos