El presidente de Ecuador, basado en informes de inteligencia, denunció, durante el Foro Defensa de la Democracia en las Américas”, que la “grosera intromisión del dictador Nicolás Maduro en lo que está sucediendo ahora”, pidiendo que “Maduro saque sus sangrientas manos del pueblo colombiano.
Colombia declaró ‘persona non grata’ al primer secretario de la Embajada de Cuba y lo expulsó de su territorio porque el diplomático cubano “realizaba actividades incompatibles con sus funciones”. La dictadura de Cuba reclamó creando tensión destinada a presentar como política la conspiración y proteger la presencia de sus restantes ‘diplomáticos’ en Colombia.
Está probado que la dictadura de Cuba lidera y controla las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Usando el sistema diplomático, ‘internacionalistas’, entre los que destacan ‘médicos esclavos’, y con los países bajo su control, el r’egimen cubano ha logrado instalar y dirigir grupos operativos. No es nada nuevo, desde 1959 hizo lo mismo por 40 años y ensangrentó la región con guerrillas rurales y urbanas, terrorismo, golpes de estado y más.
Revisando la prensa de Bolivia, en el año 2003 vemos cómo el modelo castrochavista, en aplicación, detonó la conspiración en febrero, usando una reforma de impuestos que el presidente Sánchez de Lozada retiró para resistir ese golpe de Estado. La conspiración continuó y el nuevo pretexto fue la venta de gas a Chile, falsedad con la que hicieron lo que hoy pasa en Colombia y forzaron la renuncia del presidente boliviano el 17 de octubre.
Con la falsa narrativa de la ‘guerra del gas; disfrazaron el golpe de Estado en Bolivia, que acabó con la democracia y permitió la instauración de la dictadura que ha suplantado la República e instalado el narcoestado.
En octubre 2019 el objetivo era derrocar al presidente de Ecuador, frenar la transición a la democracia que Lenin Moreno realizaba y que incluyó la corrupción por la que Rafael Correa está condenado a 8 años de cárcel. El detonante fueron medidas económicas que subían el precio de hidrocarburos, el presidente dejó sin efecto la medida, pero igual ensangrentaron al país con crímenes y victimas como se reportan hoy en Colombia. Presidente y gobierno resistieron, expulsaron operadores cubanos y venezolanos, aplicaron la ley y el golpe fracasó.
El presidente colombiano, Iván Duque, puede y debe salvar su país y su gobierno. Es su obligación. Con urgencia podría dejar claro que es un golpe de Estado y el asalto para destruir la democracia en Colombia, identificar la conspiración de crimen organizado trasnacional con la dictadura de Cuba como jefe, la de Venezuela como plataforma principal, la intervención de las dictaduras de Bolivia y Nicaragua y la operación del Foro de Sao Paolo y sus miembros las FARC, el ELN y el candidato presidencial castrochavista de Colombia, develar el soporte operativo, logístico y comunicacional de la conspiración, así como resistir y persistir en la vigencia del estado de Derecho.
Fuente: Diario las Américas