Chevron, con sede en California, es la última gran empresa petrolera estadounidense que tiene negocios en Venezuela, donde sus primeras inversiones se remontan a la década de 1920.
Venezuela tiene las mayores reservas petroleras del mundo, pero la corrupción del chavismo que utilizó los recursos petroleros como chequera para comprar apoyo, las convulsiones políticas, y la crisis económica han provocado la fuga del país de más de 5 millones de personas en los últimos años. Mucha gente carece de servicios básicos como agua, electricidad, gasolina y hospitales.
Al igual que su predecesor Donald Trump, el gobierno de Biden ha denunciado a Maduro como “dictador” y sigue reclamando elecciones libres e imparciales desde que la oposición se abstuvo de participar en los comicios de 2018 cuando el régimen de Maduro les prohibió presentarse a varios candidatos.
Al mismo tiempo, Biden ha expresado cierto apoyo a un diálogo entre Maduro y la oposición. El líder opositor Juan Guaidó, a quien Estados Unidos reconoce como presidente legítimo, ha dicho que la mitigación de sanciones debería formar parte de tales conversaciones.
La producción diaria neta de Chevron en 2019 como resultado de emprendimientos conjuntos con la petrolera estatal PDVSA era de 35.300 barriles de crudo, equivalente aproximadamente al 6% de la producción total de Venezuela.
Fuente: Diario las Américas