El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, celebró que los partidos afines a la Cuarta Transformación -como él llama a su visión política- conserven la mayoría simple en la Cámara de Diputados, con la cual, según dijo, garantizarán la continuidad de los programas sociales. En su conferencia mañanera, López Obrador señaló que «eso significa tener el presupuesto garantizado para los más pobres, para que los medicamentos sean gratuitos y que la educación siga siendo un derecho, y no un privilegio, como era antes”.
De acuerdo con la estimación más optimista, tras el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE), el bloque oficialista tendrá que negociar para decidir incluso presupuestos.
«Me da mucho gusto ver cómo la ciudadanía en este país realmente decide con su voto. Nuevamente muestra la población que, a pesar de las tensiones, de los conflictos verbales violentos entre partidos, entre candidatos y autoridades de gobierno, al final la gente va a votar y pone orden. El sistema electoral que tenemos necesita ajustes, pero funciona bien”, afirma Carlos González Martínez, analista electoral, en conversación con DW.
Los votantes pasaron factura a la polarización, alimentada desde la misma tribuna presidencial con ataques a diestra y siniestra del presidente a jueces, empresarios, movimientos feministas, organizaciones no gubernamentales y rivales politicos. El mismo López Obrador planteó la elección como un pleibiscito sobre su Administración y su Cuarta Transformación.
Casilla electoral en la céntrica colonia Roma de la capital mexicana, donde más votantes apoyaron a un contrapeso en el Congreso.
La ciudadanía dio la espalda a la confrontación
«La campaña estuvo marcada por un clima de violencia, y no sólo de asesinatos, sino de confrontación y de una intolerancia terrible. Con su voto, la ciudadanía demostró que quien manda es ella. Decidió mantener la mayoría que dió al presidente, pero moderarla. Morena podrá seguir gobernando con cierta armonía entre el ejecutivo y legislativo”, puntualiza Carlos González.
Con la reserva de que los resultados electorales definitivos todavía no han sido anunciados por el Instituto Nacional Electoral (INE), la primera lectura es que hubo una votación relativamente alta, de más de más de un 51% del padrón electoral, considerando que las elecciones que celebró México este domingo (06.06.2021), fueron intermedias. El partido oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), del presidente Andrés Manuel López Obrador, no obtuvo una mayoría calificada, el principal objetivo del presidente en los comicios.
El conteo rápido del INE, dio a Morena 197 escaños en el Congreso, con lo que pierde la mayoría absoluta que ganó en las elecciones de 2018, y necesitará de sus aliados, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT), que juntos suman 279 escaños, un 10% menos que la representación actual.
Los ciudadanos hacen fila en Ciudad de México para pasar a las casillas electorales y votar.
Lejos de la anhelada mayoría calificada
La coalición gobernante del presidente necesitaría entre 50 y 65 curules para alcanzar la mayoría calificada que le permita hacer cambios a la Constitución. Morena tendrá que negociar con sus aliados, en particular con el Verde (PVEM), la aprobación de presupuestos, la asignación de recursos a proyectos de infraestructura, programas sociales, e incluso el financiamiento del Ejército.
«Ahora la distancia para tener una mayoría calificada es más amplia, y está por verse cuántos diputados lograrán cooptar. No creo que Movimiento Ciudadano (MC) lo haga en bloque, porque están cuidando mucho su imagen, tal vez lo hagan algunos priístas (Partido Revolucionario Institucional) o del PRD (Partido de la Revolución Democrática)”, destaca, por su parte, el historiador y politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), José Antonio Crespo.
El resultado es un Congreso fragmentado, con una oposición débil, que sigue sufriendo el castigo de los votantes por los escándalos de corrupción y abusos en anteriores adminstraciones. La inédita alianza «Va por México», entre los partidos PRI, PAN y PRD, logró convertirse en un contrapeso en la Cámara, con unos 197 escaños. El conservador PAN obtuvo 137 diputados, el PRI alcanzó 69, y el izquierdista PRD cosechó 17.
El polémico Partido Verde Ecologista de México (PVEM) es uno de los ganadores de los comicios, ya que obtuvo 44 escaños en el Congreso y previsiblemente la gubernatura de San Luis Potosí, una de las 15 en disputa. «El Partido Verde Ecologista es una fuerza que crece, tras una trayectoria que deja mucho que desear, que se vende al mejor postor”, destaca Carlos González. El partido Movimiento Ciudadano, que decidió no entrar en ninguna coalición, obtuvo un 7% de la votación, cifra que se traduce en 24 escaños, casi la mitad que el Verde.
Luis Méndez, habitante de la CDMX, afirma que «el contrapeso impide que el Poder Ejecutivo tenga el control político total de las instituciones».
Golpe directo a Morena en la CDMX
En la Ciudad de México, Morena, que gobierna con Claudia Sheinbaum, fue desplazado por la oposición que le arrebató seis de las once alcaldías que conquistó el partido oficialista en 2018. Según José Antonio Crespo, los votantes castigaron a la jefa de gobierno por el accidente de la Línea 12 del metro de la CDMX, ocurrido hace un mes, que dejó 26 muertos. «Ese es el resultado que cambió justamente en las encuestas a raíz del accidente del metro, porque Morena venía ganando en la mayoría de las alcaldías. Fue un golpe directo a Morena en la capital”.
En la capital mexicana, bastión tradicional de la izquierda y barómetro politico a nivel nacional, Morena ganó sólo en 7 de las 16 alcaldías que forman la capital. El mapa de la ciudad, una de las mayores urbes del mundo, quedó partido por la mitad. Los partidos conservadores gobiernan las alcaldías del oeste y la izquierda, las del este.
Fuente: DW