La radicalización del kirchnerismo en el Gobierno fue una oportunidad única para mostrar una oposición cohesionada, que pueda mostrar unidad y solidez ante el avance del Frente de Todos, que se comportó en el poder como una aplanadora de libertades individuales y derechos constitucionales. Sin embargo, en Juntos por el Cambio, ante la salida de Mauricio Macri del primer plano, lo que primó fueron los enfrentamientos internos, en muchos casos, hasta un nivel de conventillo no compatible con el delicado momento institucional del país.
Horacio Rodríguez Larreta, exvicejefe de Gobierno porteño de Macri y actual intendente capitalino, no esperó un segundo y, ante la ausencia del fundador de su partido (que dijo que tomaba distancia para ver florecer otros liderazgos) fue por todo. Impuso su candidato en la provincia de Buenos Aires (Diego Santilli) e importó su postulante para la Ciudad del territorio bonaerense (María Eugenia Vidal). Pero su movida, para muchos desconectada por completo del paladar de los votantes del PRO, generó un terremoto interno.
Sus dos candidatos, puntales fundamentales para su postulación presidencial dentro de dos años, deberían tener un desempeño descollante en las primarias de septiembre, pero lo cierto es que los jugadores de Larreta no la tienen fácil. Pero, además de la discusión electoral por los votos dentro de la coalición, en Juntos por el Cambio comienza un fuego cruzado que podría dinamitar el frente opositor.
El dirigente radical y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, arremetió contra Larreta y lo acusó de impulsar una campaña sucia contra Facundo Manes. El neurocirujano de la UCR competirá contra Santilli en las primarias de la provincia, pero, aunque hubo un pacto de no agresión entre los rivales cambiemitas, antes de comenzar la campaña las distintas facciones ya se tiran con munición gruesa. “El único responsable de la campaña para desprestigiar a Facundo Manes es Horacio Rodríguez Larreta”, aseguró el dirigente jujeño.
Para Morales, Manes es un buen candidato, que expresa “al argentino medio, un tipo que estudia y es profesional”. En su opinión, si hubiera ingresado a la política por el PRO “no habría problema”, pero como es un rival interno del radicalismo, desde el poder porteño se lo ataca mediante campañas de desprestigio.
Para que no queden dudas, el gobernador del Norte argentino acusó al intendente capitalino de creerse “el dueño de Juntos por el Cambio” y de ponerse “el traje de presidente antes de serlo”. «Larreta debería revisar su lógica de construcción política porque por este camino vamos a debilitar y a poner en riesgo a Juntos por el Cambio», resaltó Morales.
Aunque la pregunta más relevante de las parlamentarias de este año será si el kirchnerismo consigue una mayoría automática o no, lo cierto es que también es importante lo que ocurra en el campo opositor. Larreta puede consolidar sus ambiciones presidenciales, pero también puede quedarse sin nada. En la jefatura de Gobierno preocupan las primeras encuestas que muestran a un Ricardo López Murphy más competitivo de lo que pensaban para enfrentar a Vidal y en provincia el desafío es doble. Santilli debe hacer una buena elección contra el kirchnerismo, pero también contra el radicalismo, que tiene candidato propio y fuerte incidencia territorial.
Mientras tanto, Mauricio Macri y Patricia Bullrich esperan para ver cómo se acomodan las piezas.
Fuente: PanamPost