Enfatizó por otra parte una realidad económica «muy difícil actualmente en Cuba», con «largas filas para obtener alimentos» y «un agotamiento de la población respecto de las medidas para protegerse de la pandemia».
Según el último reporte de la OPS, del 18 al 24 de julio, en Cuba se informaron 51.081 casos de COVID-19 (+21,1% con respecto a la semana anterior) y 446 muertos (+78); mientras que del 25 al 31 de julio hubo 61.375 contagios (+16,8%) y 494 fallecidos (+48).
Las infecciones superan las notificadas en semanas anteriores. «Todavía seguimos en una fase muy activa de transmisión», dijo Ugarte.
Las tasas de incidencia de casos positivos solamente disminuyeron en relación con las dos semanas anteriores en la provincia de Matanzas (-41%) y en el Municipio Especial Isla de la Juventud (-7%). «En todos los demás lugares aumentaron los casos con relación a los últimos 14 días», resaltó.
Entre las provincias con mayor alza de las infecciones están Artemisa (+59,7%), Cienfuegos (+59,6%) y La Habana (+54,4%).
Ugarte resaltó sin embargo como «positivo» el aumento de la vacunación en la isla, que confió mantenga su ritmo «para reducir la cantidad de fallecidos y casos graves».
Cuba empezó a inmunizar a su población a mediados de mayo con candidatos vacunales anticovid desarrollados en la isla, aunque su efectividad no ha sido validada por ninguna agencia reguladora, no han sido publicados en revista científica avaladas por pares o recibido el visto bueno de alguna organización internacional o regional de salud.
En las últimas dos semanas, Cuba se ubicó primero en Latinoamérica y cuarto en el mundo por cantidad de contagios de COVID-19 por cada 100.000 habitantes.
Por número de muertos cada 100.000 habitantes, se situó tercero en Latinoamérica (después de Paraguay y Argentina) y noveno en el mundo, según cifras oficiales compiladas por AFP.
Fuente: Diario las Américas