martes, octubre 22, 2024
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Entre fracasos y contradicciones, se le acabó el tiempo al partido de Guaidó

La oposición venezolana ha pasado por varias etapas pendulares en busca de la supervivencia. La Coordinadora Democrática, la Mesa de Unidad Democrática, el Gobierno Interino y la Plataforma Unitaria son solo algunos de los nombres que ha adoptado a lo largo de dos décadas la coalición de partidos que dice enfrentar al régimen chavista. En la búsqueda de un reacomodo en medio de reiterados ciclos que van de la confrontación a la negociación y viceversa, los venezolanos han sido sometidos a una creciente frustración que no parece llegar a su fin con el nuevo intento de diálogo.
El cambio de nombre, de líderes al frente del timón y de partidos marcando la ruta no ha sido suficiente para lograr una verdadera transformación. Tras la doble derrota de Henrique Capriles y Primero Justicia, inicialmente contra Hugo Chávez y luego contra Nicolás Maduro, el partido Voluntad Popular asumió el liderazgo de la oposición en un periodo que puede bautizarse como la era madurista. Sin embargo, ni “La Salida” de Leopoldo López ni “el interinato” de Juan Guaidó lograron el objetivo. Ambos intentos terminaron en una capitulación ante el régimen. Y lo más desalentador de la historia es que pese a sendos fracasos, la oposición venezolana sigue siendo dirigida por esta organización política, con sus desaciertos y sus contradicciones.

Del “cese de la usurpación” al “Acuerdo de Salvación Nacional”, de la “calle sin retorno” a la “convivencia” con el régimen, de “asistir a México” con la intención de sentarse en la misma mesa con el chavismo a denunciar ahora un “chantaje” y rechazar el “espejismo de solución” planteado, así se resumen las incoherencias de los principales dirigentes de Voluntad Popular, Juan Guaidó, Freddy Guevara y Carlos Vecchio, respectivamente.

La intención de participar en un «chantaje»

 

El caso de Vecchio es el más reciente. Las contradicciones son diversas y quedaron expuestas en la carta pública que divulgó este fin de semana, en la que hace un llamado al Reino de Noruega –como país mediador– para que “no permita la continuidad de estos chantajes, no permita que la dictadura se burle una vez más de los venezolanos”, haciendo referencia al comportamiento que ha tenido el chavismo en todos los intentos de diálogo, pues sostiene además en el comunicado que “la dictadura nunca ha tenido escrúpulo alguno para amenazar, chantajear y mentir. Lo ha hecho en todos los procesos de negociación anteriores y lo hace en este también”.

Su aseveración no se pone en duda y, de hecho, representa el sentir de la gran mayoría de los venezolanos. Sin embargo, no es coherente con la posición que ha asumido con respecto al “Acuerdo de Salvación Nacional” propuesto por Guaidó y que Vecchio dice que “apoya con firmeza”. Pues, por un lado, asegura que el régimen “amenaza, chantajea y miente” en este proceso que se está llevando a cabo en México, y por el otro, acude a tierras aztecas con la intención de sentarse en esa mesa.

“Asistimos a México con un claro objetivo: lograr una vía para la restauración de la democracia y la libertad en Venezuela con elecciones libres, confiables y verificables”, escribió Carlos Vecchio el pasado 13 de agosto en su cuenta de Twitter desde la capital mexicana.

Pero su presencia no fue aceptada por el chavismo. “El régimen de Maduro se niega a continuar con el proceso de negociación iniciado en México ‘si Carlos Vecchio continúa en la delegación’”, señala al inicio de su misiva presentada con membrete oficial de la “Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Estados Unidos”, lo cual también plantea muchas dudas. Vale recordar que los representantes de Juan Guaidó firmaron un memorando de entendimiento en el que no se reconoce la existencia de un Gobierno interino, por lo tanto, tampoco habría reconocimiento alguno a una delegación diplomática nombrada por Guaidó.
Y finalmente, pese a todos los cuestionamientos planteados para rechazar este proceso de negociación, Vecchio expresó su respaldo a Freddy Guevara, quien se incorporó en esta ronda para asumir el puesto correspondiente al partido Voluntad Popular. Una incoherencia tras otra.

De la «calle sin retorno» a la «convivencia» con el régimen

Freddy Guevara es precisamente el siguiente en la lista. Fue el pasado 12 de julio cuando el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebín), bajo el mando del régimen, arrestó al exdiputado de VP por su presunta “vinculación con grupos extremistas y paramilitares asociados al Gobierno colombiano”. Esta detención no fue más que una estrategia ya empleada en el pasado para usarlo como ficha de cambio. El medio alemán DW calificó en ese momento a Freddy Guevara como un “rehén de Maduro ante una nueva negociación”. El tiempo le dio la razón.
Una vez que los representantes de Guaidó se sentaron con los enviados de Maduro en México, Guevara fue liberado. Pero eso no fue todo. Además de incorporarse a la segunda ronda de negociación en sustitución de Vecchio, el exparlamentario dijo que apostaba por “pasar a un proceso de convivencia” entre fuerzas políticas que incluya al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). De más está recordar que en el régimen también abundan las contradicciones. Haber aceptado a Guevara como parte de la delegación opositora después de acusarlo de “vinculación con extremistas y paramilitares” es tan solo una de ellas.
La postura de Freddy Guevara en el pasado era una de las más firmes. Acompañó en 2014 a Leopoldo López durante la jornada de protestas conocida como “La Salida” y en mayo de 2017 animaba con un etiqueta en su cuenta de Twitter a los venezolanos a “perder el miedo”, subrayando que “la calle sin retorno requiere organización y de la conquista de los espacios”.

El «cese de la usurpación» y «el que se cansa pierde»

Enumerar las contradicciones de Juan Guaidó es llover sobre mojado. Basta por el momento con recordar, entre otras cosas, como fue el promotor del “diálogo” que hoy se lleva a cabo bajo su propuesta de “Acuerdo de Salvación Nacional”, luego de haber repetido hasta el cansancio el mantra del “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”. Nada de esto se ha cumplido.
La negociación avanza bajo las condiciones y reglas impuestas por Nicolás Maduro. El pasado viernes, Guaidó señaló en un video difundido a través de sus redes sociales que “el objetivo es lograr elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas”. Pero previo a este anuncio ya la coalición opositora había dado a conocer su decisión de participar en las elecciones regionales pautadas para el 21 de noviembre. En la agenda del régimen no está el adelanto de elecciones presidenciales ni parlamentarias. Al contrario, Maduro ha aprovechado para recordarle al dirigente opositor que concurrir al proceso electoral de noviembre constituye un reconocimiento a la Asamblea Nacional electa el pasado 6 de diciembre, la cual Guaidó decía desconocer, e incluso, destinó recursos para la celebración de una consulta popular que tenía como fin rechazar dicha elección.
Y, por supuesto, cuando se trata de contradicciones en Voluntad Popular, su fundador, Leopoldo López, merece mención de honor. No hace falta entrar en detalles. Basta con recordar la promesa que hacía su esposa, Lilian Tintori, de que “Leopoldo nunca se va a ir de Venezuela” o su repetida consigna que afirmaba que “el que se cansa pierde”.
Fuente: PanamPost

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