En Argentina existe una relación directa entre el nivel de desesperación del Gobierno, lo absurdo de sus proyectos y lo anunciado del fracaso de las mismas. En medio de una emisión monetaria descomunal e irresponsable, para frenar el predecible aumento de precios antes de las elecciones, las autoridades presentaron un nuevo y maravilloso plan: obligar a las empresas a despachar sus productos con el precio incluido en el envase. Ese es el nivel de seriedad de las iniciativas de un kirchnerismo partido, que oscila entre populismo clientelar y medidas impresentables.
Lejos de corregir el déficit fiscal e implementar una política monetaria responsable, el Poder Ejecutivo informó de una nueva reglamentación publicada en el Boletín Oficial, digna de la iluminada Paula Español (secretaria de Comercio Interior). A partir de este momento, ciertos productos como el arroz, aceite, polenta, lácteos, fideos y yerba deberán llevar indicado el precio de venta en el envase.
La regulación indica el tamaño que deberá tener la etiqueta, el símbolo obligatorio, la señalación en números y letras y la ubicación exacta en el producto. El programa está apuntado básicamente a los productos de los supermercados chinos y los comercios deberán firmar un contrato de adhesión al “Súper Cerca”.
Luego de tantas experiencias fallidas, y con los recuerdos de la última híper (1989/1991), donde se veían las remarcaciones de precios diarias, no hay que ser un adivino ni un erudito para saber, no sólo que la iniciativa fracasará en su cometido de obtener mejores índices de inflación, sino también en su aplicación diaria en los comercios. Lo más probable es que el “Súper Cerca” arroje algo de lo que enunciamos a continuación:
Desabastecimiento en los productos marcados, envases tachados, venta de marcas no reguladas con precios libres, encarecimiento de otros productos para recuperar pérdidas y cuestiones semejantes. También veremos un par de comercios multados, clausuras generadas por clientes ignorantes y resentidos y un par de dueños que enfrentarán procesos que terminarán en la nada. También sabemos que es lo que no vamos a ver: un alivio en los bolsillos de los trabajadores argentinos, agobiados por la irresponsabilidad gubernamental, disfrazada con demagogia y estupideces.30
Fuente: PanamPost