Se necesitaban 129 diputados nacionales para arrancar con la sesión. Con toda la furia, el Frente de Todos consiguió 122. Como se trataba de una absurda ley paternalista, invasiva y violatoria de la propiedad privada y la libertad empresarial, la izquierda dura dijo presente dentro y fuera del Congreso, donde se manifestaron en favor de un vergonzoso proyecto. Pero no les alcanzó. Los legisladores de Juntos por el Cambio pegaron el faltazo y el kirchnerismo no pudo alcanzar el quórum para iniciar la sesión y aprobar la “ley del Etiquetado Frontal”.
Aunque la situación económica es dramática, el gobierno sigue con su agenda que se divide entre inútil, superficial y contraproducente. La idea de hoy era aprobar una normativa que obligue a los fabricantes de alimentos a envasar sus productos con llamativas etiquetas negras frontales que adviertan sobre eventuales excesos de grasas, sodio, azúcar o calorías. Aunque ya está legislado que toda la información debe estar al menos en el revés de cada envase, para el paternalismo kirchnerista y de la izquierda esto no es suficiente.
Cabe destacar que el fracasado intento del “Etiquetado Frontal” llegó después de otra delirante propuesta similar del oficialismo. Mediante un decreto impulsado por la Secretaría de Comercio, en el que determinados productos de la canasta básica en los comercios de cercanía deberán venderse con la etiqueta impresa del precio en el envase. Parece que el Frente de Todos en caída libre tiene una especie de obsesión con las etiquetas.
El fracaso parlamentario del kirchnerismo es leído como un adelanto de lo que puede ocurrir el noviembre. De repetirse o profundizarse la derrota que tuvo lugar en las PASO, el oficialismo podría perder incluso el quórum en el Senado, donde hoy manda Cristina Kirchner. La oposición va por eso e incluso sueña con arrebatarle la presidencia de Diputados a Sergio Massa.
Con esto no alcanza
Aunque el resultado a simple vista parezca indicar que en la Cámara de Diputados hay una mayoría que confía en la responsabilidad individual y respeta la Constitución, lo cierto es que el faltazo de los legisladores de Juntos por el Cambio tuvo otra razón: una pulseada por el poder político sin cuestiones de principios de por medio. Incluso Máximo Kirchner dijo hoy que para habilitar el quórum, los diputados de Cambiemos pedían negociar cuestiones que el oficialismo no aceptó.
No hace falta buscar mucho en el archivo de varios legisladores macristas para encontrar proyectos propios y apoyos al kirchnerismo peores que este inclusive. Es por esto que no alcanza ni con quitarles el quórum en el Senado ni con incrementar el número de Diputados en la Cámara Baja. Si Argentina quiere cambiar su complicado presente necesita legisladores que vayan al hueso y critiquen ética y moralmente estas iniciativas paternalistas patéticas. Sin la discusión de fondo será imposible generar el cambio de rumbo que el país necesita.
Fuente: PanamPost