Los precios al consumidor en Estados Unidos aumentaron un 6,2% en octubre comparado con el mismo mes del año anterior, su mayor alza desde 1990.
La cifra es mayor que la del 5,4% registrada en septiembre, reportó el miércoles el Departamento del Trabajo. De septiembre a octubre el aumento fue de 0,9%, el mayor incremento mensual desde junio y pone en una situación peor a la economía estadounidense inmersa en la desaceleración desde hace varios meses.
La inflación ha erosionando los incrementos salariales que las empresas tuvieron que ofrecer para encontrar mano de obra. Más de 8 millones de puestos quedan aún vacantes y más de tres millones que perdieron sus empleos durante la pandemia no han vuelto a trabajar, acomodados a las generosas ayudas federales.
Ahora los planes de Biden agregan más fuego a la inflación con un alarmante aumento de la deuda pública de EEUU, si su Proyecto de Ley social de 1,87 billones es aprobado finalmente. Ya logró pasar su propuesta de infraestructura de 1,2 billones, una cifra que se agrega a la deuda pública de 29 billones de dólares.
La irresponsabilidad en las políticas económicas de la administración Biden y su prioridad sobre el clima y temas sociales ha llevado a la economía estadounidense al momento crítico que atraviesa ahora con precios desorbitantes para los consumidores.
Una recuperación sólida que comenzó en julio del 2020 ha sido destruida por el actual gobierno con 68 órdenes ejecutivas y 10 meses de serios errores que revirtieron los logros de la anterior administración.
Las medidas contra la industria del petróleo, el cierre de oleoductos y revertir la independencia energética de EEUU lograda por el expresidente Donald Trump han provocado un desastre económico. Trump condujo al país en el 2019 a ser el primer exportador mundial de petróleo. A todo eso le dio la espalda el presidente Joe Biden con su prioridad en los temas sociales y de cambio climático.
Biden, aliado a la plataforma de la extrema izquierda de Bernie Sanders, ahora se encuentra en un atolladero político y económico impulsado por su propio gobierno con una gestión desacertada sobre las verdaderas necesidades y prioridades para EEUU, y después de 10 meses de mandato hace presión a la Reserva Federal para que frene su masiva inyección de liquidez en la economía.
Este miércoles el jefe de la Casa Blanca dijo que la inflación es una prioridad para él, después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, le han restado importancia desde febrero a la descomunal deuda e inflación en el país.
Powell dijo que la inflación a finales del 2021 estaría sobre los 2,5%, ahora se encuentra en 6,2%.
Las contrataciones y los aumentos salariales han aumentado, pero se han disipado con el freno de la recuperación y el repunte inflacionario que ha desplomado no solo la confianza de los estadounidenses en la economía, sino que los está asfixiando desde hace varios meses con precios altísimos en todos los productos de primera necesidad como los alimentos, además de los vehículos, la gasolina en un 67% de aumento respecto al 2020 y los seguros de casi todas las compañías.
Si se excluyen los rubros de alimentos y combustibles, que suelen ser más volátiles, la inflación subyacente aumentó en 0,6% de septiembre a octubre y 4,6% comparado con esta misma época hace un año.
Los costos de los energéticos aumentaron un 4,8% de septiembre a octubre.
Nadie sabe cuánto tardará que la inflación ceda y lo cierto es que la tendencia inflacionaria al alza en vez de disminuir se ha duplicado. Analistas conservadores anunciaron el peligroso camino de Biden sobre la economía, pero nada detuvo su agenda y los problemas fueron en ascenso mes tras mes.
Los aumentos de precios se han expandido a casi todos los sectores, no sólo a vehículos o electrodomésticos.
“Las presiones inflacionarias empeorarán antes de mejorar”, pronosticó Goldman Sachs en un reciente informe.
Fuente: Diario las Américas
La inflación ha erosionando los incrementos salariales que las empresas tuvieron que ofrecer para encontrar mano de obra. Más de 8 millones de puestos quedan aún vacantes y más de tres millones que perdieron sus empleos durante la pandemia no han vuelto a trabajar, acomodados a las generosas ayudas federales.
Ahora los planes de Biden agregan más fuego a la inflación con un alarmante aumento de la deuda pública de EEUU, si su Proyecto de Ley social de 1,87 billones es aprobado finalmente. Ya logró pasar su propuesta de infraestructura de 1,2 billones, una cifra que se agrega a la deuda pública de 29 billones de dólares.
La irresponsabilidad en las políticas económicas de la administración Biden y su prioridad sobre el clima y temas sociales ha llevado a la economía estadounidense al momento crítico que atraviesa ahora con precios desorbitantes para los consumidores.
Una recuperación sólida que comenzó en julio del 2020 ha sido destruida por el actual gobierno con 68 órdenes ejecutivas y 10 meses de serios errores que revirtieron los logros de la anterior administración.
Las medidas contra la industria del petróleo, el cierre de oleoductos y revertir la independencia energética de EEUU lograda por el expresidente Donald Trump han provocado un desastre económico. Trump condujo al país en el 2019 a ser el primer exportador mundial de petróleo. A todo eso le dio la espalda el presidente Joe Biden con su prioridad en los temas sociales y de cambio climático.
Biden, aliado a la plataforma de la extrema izquierda de Bernie Sanders, ahora se encuentra en un atolladero político y económico impulsado por su propio gobierno con una gestión desacertada sobre las verdaderas necesidades y prioridades para EEUU, y después de 10 meses de mandato hace presión a la Reserva Federal para que frene su masiva inyección de liquidez en la economía.
Este miércoles el jefe de la Casa Blanca dijo que la inflación es una prioridad para él, después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, le han restado importancia desde febrero a la descomunal deuda e inflación en el país.
Powell dijo que la inflación a finales del 2021 estaría sobre los 2,5%, ahora se encuentra en 6,2%.
Las contrataciones y los aumentos salariales han aumentado, pero se han disipado con el freno de la recuperación y el repunte inflacionario que ha desplomado no solo la confianza de los estadounidenses en la economía, sino que los está asfixiando desde hace varios meses con precios altísimos en todos los productos de primera necesidad como los alimentos, además de los vehículos, la gasolina en un 67% de aumento respecto al 2020 y los seguros de casi todas las compañías.
Si se excluyen los rubros de alimentos y combustibles, que suelen ser más volátiles, la inflación subyacente aumentó en 0,6% de septiembre a octubre y 4,6% comparado con esta misma época hace un año.
Los costos de los energéticos aumentaron un 4,8% de septiembre a octubre.
Nadie sabe cuánto tardará que la inflación ceda y lo cierto es que la tendencia inflacionaria al alza en vez de disminuir se ha duplicado. Analistas conservadores anunciaron el peligroso camino de Biden sobre la economía, pero nada detuvo su agenda y los problemas fueron en ascenso mes tras mes.
Los aumentos de precios se han expandido a casi todos los sectores, no sólo a vehículos o electrodomésticos.
“Las presiones inflacionarias empeorarán antes de mejorar”, pronosticó Goldman Sachs en un reciente informe.
Fuente: Diario las Américas