La decisión de Biden, la cual tomó después de un periodo largo de consideración, ofrece una sensación de continuidad y bipartidismo en un momento en que la inflación empieza a agobiar a la población y aumenta los riesgos de la recuperación económica. Al respaldar a Powell, un republicano que fue ascendido al cargo por primera vez por el entonces presidente Donald Trump, Biden hace a un lado las quejas de los progresistas de que la Fed ha debilitado las regulaciones bancarias y se ha tardado en tomar en consideración el cambio climático en su supervisión a los bancos.
Powell ha liderado la respuesta del banco central a la recesión provocada por la pandemia, lo cual implicó reducir la tasa de préstamos a cero e inyectar billones de dólares de liquidez.
El banco ha retirado esos respaldos a medida que la economía se va recuperando, pero la inflación también se ha disparado, lo que ha provocado una caída en los índices de popularidad de Biden en las encuestas.
Powell, junto a la secretaria del Tesoro Janet Yellen, le restó desde un principio importancia a la inflación. Ambos dijeron que la inflación era «temporal y las preocupaciones de economistas no tenían fundamento alguno y eran irresponsables».
El presidente de la Reserva Federal, alineado a la política de la Casa Blanca, pronosticó que la inflación a finales de año estaría en 2,5%, hoy la inflación se encuentra en 6,2%.
Sin embargo, la Casa Blanca elogió «la acción decisiva del presidente Powell y de la Reserva Federal para amortiguar el impacto de la pandemia y encarrilar de nuevo la economía estadounidense».
Powell ha garantizado el liderazgo «durante un período difícil sin precedentes», mientras que «Lael Brainard, uno de las principales macroeconomistas de nuestro país, desempeñó un papel clave en la Reserva Federal, trabajando con Powell para ayudar a alimentar la fuerte recuperación económica de nuestro país», precisa.
Fuente: Diario las Américas