Lundberg dijo que es probable que los precios se mantengan altos en el corto plazo a medida que los costos del petróleo se disparan en medio de las preocupaciones sobre el suministro mundial tras la invasión de Rusia a Ucrania.
El precio de la gasolina ya estaba subiendo antes de la invasión que inició hace dos semanas porque se estaba incrementando la demanda debido a una mayor actividad una vez levantadas las restricciones del coronavirus. La cotización del crudo se desplomó a principios de 2020, cuando las economías de todo el mundo cerraron debido al COVID-19. Sin embargo, los precios repuntaron, ya que la demanda se recuperó más rápido que la producción y los inventarios se agotaron.
Luego, el aumento de precios se aceleró después de que comenzó la guerra.
Los precios de la energía también están contribuyendo a la peor inflación que los estadounidenses han visto en 40 años, superando con creces los aumentos en salarios.
A nivel nacional, el precio promedio más alto para la gasolina regular se encuentra en el Área de la Bahía de San Francisco, a 5,79 dólares por galón. El promedio más bajo está en Tulsa, Oklahoma, a 3,80 por galón.
Fuente: Diario las Américas