La última encuesta de las firmas Ecoanalítica y Guarumo, revelada por el diario El Tiempo este domingo -y que incluye únicamente a quienes respondieron que votarán el domingo 29 de mayo en la elección presidencial- muestra que Federico “Fico” Gutiérrez se acerca cada vez más a Gustavo Petro, y que es muy probable que se dé una segunda vuelta.
Se ratifica también el tercer lugar que ocuparía el exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, quien sigue insistiendo en que Sergio Fajardo, candidato de la coalición Centro Esperanza -que parece haber perdido el respaldo que otrora tenía en la opinión pública-, desmonte su candidatura y lo apoye, tal como supuestamente acordaron en una cita hace dos semanas.
Tal como ocurrió en 2018, la reacción del electorado en contra de Petro en la segunda vuelta puede darle el triunfo a Gutiérrez, razón por la cual el Pacto Histórico ha aumentado sus denuncias sobre posible fraude, manipulación de las encuestas y falta de garantías.
De hecho, cancelaron la visita que llevarían a cabo al eje cafetero los días 3 y 4 de mayo, alegando que su equipo de seguridad, que no las autoridades, habían detectado y confirmado un posible atentado en contra del candidato presidencial.
Vale resaltar que en la última encuesta de Invamer, la única región donde Gutiérrez le gana a Petro es precisamente la región cafetera, en la que, además, suele haber menor presencia y accionar de grupos armados al margen de la ley, en comparación con las regiones que Petro ha visitado recientemente, realizando eventos masivos.
El Pacto Histórico insiste también en que la campaña de Gutiérrez prepara una compra masiva de votos y que esto lo afirman pues, en palabras del abogado Miguel Ángel del Río, la tienen infiltrada; a lo que el exministro Luis Felipe Henao, jefe de debate del Equipo por Colombia, respondió: “Así es, estamos siendo víctimas de actos delictivos de la campaña del Pacto Histórico. Primero nuestros votantes están siendo amenazados por votar por @FicoGutierrez en una alianza con disidencias y ELN y ahora infiltran una campaña. Eso es de delincuentes”.
La estrategia de Petro es clara: ganar en primera vuelta o denunciar todo tipo de irregularidades para restar toda legitimidad a una segunda, en la que hace cuatro años perdió y las mismas fuerzas políticas que lo derrotaron están de nuevo unidas.
Bien lo ha denunciado el exministro Juan Lozano en sus recientes columnas, cuando pregunta por el oscuro papel que ha jugado la Registraduría Nacional del Estado Civil y la falta de claridad. Petro tiene lista toda una organización de testigos electorales para hacer ver cualquier posible error humano como un acto de corrupción que les permita denunciar un fraude, que nadie corrobora, pero que les sirve para agitar el ambiente y tomar las calles. Lozano lo resalta: “De adoptar ya los correctivos necesarios e implementarlos con eficacia dependerá que seamos capaces de evitar en cuatro semanas, destructivas y violentas jornadas callejeras de anarquía y caos aún peores que aquellos que nos hicieron padecer hace un año muchos de los que gustan aceptar resultados electorales solo cuando los favorecen a ellos”.
Fuentes militares confirmaron que tienen información de inteligencia, según la cual hay todo un plan articulado para intentar paralizar el país en caso de que el Pacto Histórico no logre un triunfo en la segunda vuelta. De hecho, la estrategia de no acompañar las marchas del 28 de abril, cuando se conmemoró un año del inicio del paro nacional -que tuvo en vilo a Colombia durante varios meses-, busca generar en la opinión pública la imagen de que solo un gobierno del Pacto Histórico puede evitar que vuelva la violencia a las calles. Este mensaje es muy difícil, pues lo que implica es que los actores violentos acompañarían al gobierno y por eso dejarían las calles.
Petro parece haber llegado a su techo, mientras que las fuerzas políticas consolidadas empiezan a optar por acompañar a Gutiérrez. En los próximos días se espera la adhesión definitiva del Partido Cambio Radical y su jefe natural, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, al igual que una declaración por parte del expresidente Uribe, que para muchos ha tardado en llegar.
Eso sí, lo que ha quedado suficientemente claro es que, de no lograr el triunfo en la segunda vuelta, el Pacto Histórico está preparado para movilizarse y protestar en contra de todo lo que ya anunciaron: fraude, falta de garantías, participación indebida en política de funcionarios públicos, compra de votos, y un largo etcétera.
Así lo hicieron también en 2018, aunque con menos fuerza de la que hoy han logrado articular, imponiendo muchos de los puntos de su programa en la calle: incrementos al salario mínimo, mayor presupuesto para la universidad pública, no revisión del acuerdo de La Habana, entre otros.
Fuente: La Gaceta de la Iberosfera