El presidente Joe Biden afirmó el martes que «discute» la posibilidad de eliminar los aranceles a China como parte de un acuerdo bilateral entre el país asiático y EEUU logrado por su predecesor Donald Trump.
La desesperación preelectoral de la Casa Blanca escala por día y hasta el importante acuerdo de comercio justo con el régimen de China logrado por Trump podría ser eliminado, luego de que Xi Jinping comprobara la falta de liderazgo en Washington y los errores garrafales del actual gobierno que han hundido la economía estadounidense en una inflación del 9% e imparable hasta ahora.
La marcha atrás en las restricciones a la industria del petróleo impuestas por Biden ha llegado bastante tarde a una economía que agudizó su desaceleración desde finales de julio del 2021 y que reveló la incapacidad y las escasas internciones del actual gobierno para continuar la sólida recuperación económica que emprendió la administración anterior, después de la peor pandemia en los últimos 100 años.
«Estamos discutiendo esto ahora mismo» pero «aún no hay decisión», dijo Biden a los reporteros.
Las presiones del régimen comunista de China a EEUU, mediante sus confinamientos innecesarios, parecen surtir efecto en una gobierno que se pliega fácilmente a los intereses extranjeros por encima de los nacionales. Es la política que ha practicado la administración Biden desde que llegó al poder.
El mandatario sigue pidiendo dinero de los contribuyentes norteamericanos para Ucrania, un conflicto armado que pudo haberse evitado en medio de una inflación casi insostenible y otros graves problemas económicos en EEUU.
Ahora la solicitud de fondos se ha elevado a 40.000 millones de dólares además de los casi 20.000 millones de dólares que ya fueron aprobados y que comenzaron a enviarse en cargamentos de armas y otras «supuestas ayudas» a los ucranianos, sin ninguna supervisión de entidades reguladoras estadounidenses.
Trump impuso estos aranceles a China en busca de una comercio justo y favorable para Estados Unidos, y que hasta ese momento beneficiaban en gran parte al gigante asiático.
El gobierno de Biden se ha dedicado a priorizar temas internacionales, sin la debida atención a todas las crisis nacionales con un costo desorbitante. La crisis de la frontera ha sido el mejor ejemplo, además del deroche de dinero en ayudas hacia el exterior.
Analistas estiman que la situación creada en la frontera por el gobierno de Biden le costará al país en apenas dos años, más de 600.000 millones de dólares en facturaciones por costos directos e indirectos.
Fuente: Diario Las Américas