sábado, noviembre 16, 2024
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Luis Oliveros B.: Sanciones y prosperidad

Venezuela en las últimas décadas ha dejado una huella importante en la ciencia económica. Desde las exuberantes ideas de desarrollo de Jorge Giordani, la recomendación de incrementarla deuda externa en pleno boom petrolero o la aparición de una hiperinflación en el país con las mayores reservas petroleras del mundo, nuestras contribuciones a la ciencia económica son legendarias (y variadas). Pero como nuestro país no se cansa de “hacer ciencia”, recientemente ha aparecido una nueva idea que tiene toda la pinta de hacer que todos los libros de macroeconomía deban ser revisados: las sanciones económicas-financieras-petroleras contra Venezuela, son las principales responsables del crecimiento económico que experimenta ese país. Una idea tan extraordinaria, merece que de una vez sea considerada para el Nobel.
Recordemos siempre (distinción que increíblemente algunos no quieren hacer o entender): una cosa son las sanciones personales, otras las sanciones al país (dos cosas muy distintas).
Empecemos por decir, que las sanciones financieras llegaron en agosto de 2017 y las petroleras en enero de 2019, mientras que Venezuela empieza a tener crecimiento económico a partir del tercer trimestre de 2021. Contrastando fechas y según esa nueva matriz de opinión (los efectos “expansionistas” de las sanciones), pudiéramos decir que las sanciones tardaron bastante tiempo en generar un incremento en el PIB. También llama la atención, que entre 2019 y 2020, Venezuela tuvo caídas del PIB cercanas al 30% (interanual).
Pero bueno, supongamos por un momento que tienen razón, que las sanciones trajeron un cambio positivo importante en la economía venezolana, sin embargo, ese argumento tiene un grave problema, ya que ese nunca ha sido el objetivo de las sanciones en contra del país, ¿Cómo pasamos de que producirían daño a la economía y una ruptura de la élite (trayendo el cambio político), a que ahora generan bienestar en la economía? Por otra parte, ese argumento viene con “una pata coja”: ¿una mejora en la economía venezolana no traerá un aumento en la popularidad de Maduro (como efectivamente está pasando)? Los defensores de las sanciones, deben ponerse de acuerdo, revisar objetivos y argumentos. A menos que el mandato sea defenderlas por encima de cualquier cosa.
Pero no solo están tratando de posicionar ese exótico argumento, también está el otro que dice que “las sanciones llevaron a que muchos de los capitales mal habidos de corruptos, se hayan quedado o regresado al país”. Este argumento, además de no tener contrapartida (que lo demuestre) en movimiento de reservas internacionales o balanza de pagos, traería una complicación adicional de ser cierta:si esas personas que apoyan a Maduro tienen sus capitales “atrapados” en Venezuela, ¿su costo de salida del poder no les aumenta de manera importante?, estas personas no tendrían ningún incentivo a que ocurra un cambio político en Venezuela, o es que acaso ¿se van a arriesgar a que venga un gobierno opositor “enemigo”, los persiga y les quite sus inversiones?
Otro argumento “poderoso” es el que tiene que ver con la deuda externa. Las sanciones no permiten reestructurar la deuda externa de la República ni de Pdvsa. El grupo pro sanciones dice que con eso castigan al gobierno. Imagínense ese castigo para Maduro, no tener que sentarse a presentar un programa económico a los acreedores, no tener que permitir que vengan multilaterales a revisar números y aportar ideas;y lo más horrible de todo para su gobierno: destinar parte de los ingresos que hoy recibe por venta de petróleo al pago de deudas. Se estima que en 2022 el gobierno de Maduro pueda recibir al menos unos 17.000 millones de dólares, de los cuales no tiene que destinar ni un centavo al pago de deudas, todo le queda a su administración para “hacer gestión”. Esa sanción fue aplaudida en el gobierno, ya Venezuela tenía los mercados financieros cerrados, sin posibilidades de emitir deuda o reestructurar y las sanciones le dieron la excusa perfecta para olvidarse de ese tema. Por favor, no crea que dentro del gobierno hay dolientes de la deuda, es difícil pensar que el “inside information” de la declaratoria del default no les llegó. No sea tan ingenuo.
El gobierno de Maduro ha utilizado a las sanciones para cohesionar ideológicamente sus fuerzas, dándole insumo a una suerte de “épica revolucionaria”, eso sin contar que hoy la oposición está en una situación mucho más desfavorable que antes de la llegada de las mismas (se impuso el criterio de algunos asesores que recomendaron “no hacer nada, porque con las sanciones el cambio político llegaría rápido”).
No hay mucho que analizar. La maquinaria del lobby pro sanciones venderá que son maravillosas y la defienden porque necesitan el status quo. Por algo, se molestan tanto cuando a alguien se le ocurre hablar de la necesidad de introducir cambios a la (fracasada) estrategia.
Fuente: El Nacional

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