La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, advirtió que Nicaragua «tiene que permanecer en la agenda internacional» y exigió al régimen que liberen a los civiles que han sido detenidos «de forma arbitraria» en el marco de las elecciones de 2021.
«En Nicaragua tenemos muchas personas que han sido arrestadas bajo el contexto de las elecciones de 2021 y eso es extremadamente inquietante», señaló Bachelet durante un encuentro organizado por la agencia de noticias Bloomberg, resaltó el propio medio.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó a finales de marzo la creación de un grupo de expertos que, durante el próximo año, examinará los posibles abusos cometidos en Nicaragua, bajo la dictadura de Daniel Ortega, entre ellos también las detenciones de dirigentes opositores.
El texto de resolución aprobado señaló que hubo un «retroceso democrático» en el país a todos los niveles e hizo especial hincapié en las presuntas irregularidades en el marco del proceso electoral, así como en estas «detenciones arbitrarias».
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) denunció este mismo miércoles el secuestro de Yubrank Suanzo, miembro de Alianza Cívica, una organización que nació a raíz de las protestas de 2018 contra el régimen de Ortega.
«Condenamos este hecho y exigimos su libertad inmediata y respeto a su integridad personal», enfatizó la organización, una denuncia a la que también se sumó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
«La CIDH condena la detención arbitraria del líder estudiantil Yubrank Suazo, en la madrugada de 17 de mayo en Masaya. El Estado debe garantizar de forma urgente su integridad física, y facilitar la comunicación con sus familiares y representantes legales», resaltó esta otra agrupación de Derechos Humanos.
Las manifestaciones de 2018, que comenzaron por una polémica reforma de la seguridad social y acabaron pidiendo la «democratización» del país, se saldaron con la muerte de más de 300 personas debido a la actuación de las fuerzas de seguridad, lo que llevó a los expertos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos a aconsejar que el líder ‘sandinista’ fuera juzgado por delitos de lesa humanidad.
Las elecciones del pasado noviembre estuvieron marcadas por detenciones arbitrarias de activistas y periodistas, entre otros actos de hostigamiento, coacción y violencia política. Además, la libertad de prensa también estuvo en el punto de mira del régimen sandinista y los medios de comunicación denunciaron restricciones y obstáculos que imposibilitaron el ejercicio de su labor.
La Asamblea Nacional izquierdista de Nicaragua aprobó el pasado mes de abril una nueva ley que endurece el control del régimen sobre las ONG, después de que en los últimos meses Daniel Ortega y su esposa ordenaron cierres de organizaciones independientes apelando a supuestas «irregularidades» formales.
El Parlamento nicaragüense también dio ‘luz verde’ a una enmienda de la Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior, que regula el funcionamiento de las universidades. Tanto la oposición interna como organismos observadores internacionales alertaron sobre la creciente presión sobre entidades independientes.
Fuente: Diario Las Americas