La guerra que inició Vladímir Putin hace casi cuatro meses en Ucrania continúa a pesar de que otros eventos mundiales parecen haberla opacado. Sin embargo, como si no fueran suficientes las proyecciones que auguran la pérdida de unos 40.000 soldados rusos en junio, el gobierno de Putin insiste en su objetivo por apoderarse del país vecino.
La lucha ha sido descarnada. Se calcula que han muerto 4339 civiles más otros 5246 heridos, según cifras al 10 de junio recolectadas por la ONU. No obstante el argumento de estas y otras organizaciones es que los números podrían ser mucho más altos debido a las dificultades de acceder a un territorio tan hostil debido a la guerra. Si hablamos de los refugiados, el número de sitúa en cinco millones de personas que viajaron a otros países aparte de los ocho millones de movilizados internos.
La invasión rusa lo trastocó todo. Pero contrario a lo que se pueda creer, desde el Kremlin admiten cínicamente que van por más. Así lo dejó saber Dmitri Medvédev, expresidente ruso y ahora vicepresidente del Consejo de Seguridad de Putin. En su canal de Telegram, dejó las dantescas proyecciones de que Ucrania podría dejar de existir a propósito de las intenciones del gobierno de Volodímir Zelenski de garantizar el suministro de gas natural licuado (GNL), esencial para las temporada de invierno, desde Estados Unidos.