Chile: «Los comunistas tienen posiciones de poder»

Un conflicto de vieja data que se registra en el sur de Chile, por problemas territoriales entre el Estado y poblaciones indígenas mapuche, tendría un componente que tampoco es nuevo, pero que de la presunta mano del Partido Comunista chileno habría adquirido actualmente una mayor complejidad, como producto de una señalada relación entre ese movimiento político, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y grupos guerrilleros que operan en la zona.
El congresista chileno Johannes Kaiser, en entrevista exclusiva con DIARIO LAS AMÉRICAS, dijo que el Partido Comunista tiene posiciones de poder en el gobierno del presidente Gabriel Boric que se relacionan con el control del orden público y las fuerzas militares, mientras que en el sur del país austral actúan facciones subversivas entrenadas por las FARC, en el contexto de un supuesto entramado para financiar actividades políticas de la izquierda radical y de otra índole no solo en Chile, sino a nivel regional.
– ¿Qué análisis hace de la situación que se vive en el sur de su país?
Esto indica que los tentáculos de los regímenes castrochavistas siguen extendiéndose en nuestro pueblo y nuestra región y que el narcoterrorismo ha logrado establecer una nueva base en nuestro subcontinente. En este momento, un tercio de la droga que alcanza Europa pasa por puerto chileno y el hecho de tener en este momento al Partido Comunista de Chile, que es un partido con nexos con el régimen venezolano, asociado a su vez al narcoterrorismo colombiano de las FARC, da una señal de mucha preocupación.
-¿Qué tanto poder o influencia en la vida de los chilenos tiene el Partido Comunista, de cara a esa relación que usted denuncia con las FARC?
No sé cuál es la relación actual del Partido Comunista de Chile con las FARC, lo que sí sabemos es que ellos pusieron a militantes del Partido Comunista a disposición de las FARC, militantes ‘mapuche’, y que sobre esa base se formó la guerrilla que está asesinando a los chilenos, tanto de origen mapuche como de origen no mapuche. Es decir, el Partido Comunista de Chile creó una subversión que tiene al sur de nuestro país en estos momentos en llamas y al resto de nuestro país obligado a ser un Estado de excepción. Más delicado aún es el hecho de que el Partido Comunista haya sido instalado, gracias al presidente [Gabriel] Boric, en organismos centrales para la seguridad de nuestro país, como son las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa, en la Subsecretaría de Lucha Armada, que está en manos de ese partido, o sea, los mismos que crearon el problema de la subversión y el narcoterrorismo son los que tienen que combatirlo, lo que me parece incompatible. También están representados en el Ministerio del Interior, otro de los ministerios encargados del orden público, a través de una ministra que fue miembro de la Juventud Comunista, y yo tengo la duda de si alguna vez dejó de ser del Partido Comunista. En todo caso, son posiciones dentro del gobierno que no han debido ser ocupadas jamás por un partido que se ha dedicado a financiar y organizar la subversión en el país. Me parece también un riesgo para cualquier país amigo de Chile compartir información sensible con este gobierno, en vista de que tenemos aquí amigos de regímenes que son abiertamente enemigos de Occidente.
– ¿Qué participación tiene en ese engranaje que usted señala el presidente Gabriel Boric?
No solamente el presidente actual, sino la expresidenta [Michelle] Bachelet, que fue la primera que llevó a los comunistas al gobierno. También ella sabía de todos estos antecedentes. Aquí ha habido un trabajo de zapa para transformar a Chile en un país satélite de narcoterrorismo de larga data y hay que reconocer que nuestras instituciones, tanto las judiciales como nuestras organizaciones políticas, han tenido demasiado temor a denunciar esta situación. Estos son antecedentes entregados por la Fiscalía colombiana.
– ¿Del computador Raúl Reyes, entonces líder de las FARC?
Exactamente, de Raúl Reyes, en una acción en la frontera entre Colombia y Ecuador en 2008.
– ¿Qué pruebas hay de que esos grupos que usted señala están operando en el sur de Chile y que están relacionados con las FARC?
Bueno, las pruebas son estos correos electrónicos encontrados en el computador de Reyes, y es la historia de vida de muchos de los dirigentes de las organizaciones que están actuando en este momento en Chile. Por ejemplo, es la historia de militancia de Héctor Llaitul, un militar de los años 70 y 80, que luego se vuelve miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que era el brazo armado del Partido Comunista durante el régimen del general Pinochet, que posteriormente es despachado, sospecho yo, a Colombia para un reentrenamiento con otros jóvenes miembros del Frente. Es decir, aquí hay una continuidad entre los grupos armados que han sido dependientes del Partido Comunista, con los grupos armados que están operando en estos momentos en el sur de Chile. La militancia de las dirigencias, cuanto menos, también es un indicio muy potente, como también la actitud del Partido Comunista de defensa permanente del violentismo.
– ¿Por qué sería importante para las FARC y el Partido Comunista de Chile esa región de su país? ¿Qué buscarían allí?
La izquierda latinoamericana, de un tiempo a esta parte, le ha ganado el gustito al sabor de los dólares del narcotráfico. No se puede hacer política sin dinero, y el tener acceso a las millonadas que significa el narcotráfico es un tema no menor para financiar campañas y otro tipo de cosas. ¿Cómo se financia un partido que es enemigo de la actividad económica, no existiendo ya la posibilidad de recibir recursos de la Unión Soviética, habiéndose agotado los recursos que entregaba Venezuela a la izquierda extrema del subcontinente y estando Cuba también bastante quebrada? ¿Cómo se financia para pagar campañas multimillonarias antes de que hubiese un sistema de financiamiento de los partidos políticos en Chile? Eso tenía que hacerse de la alguna manera. El Partido Comunista nunca ha rechazado la vía armada como medio para llegar al poder en Chile. La ministra vocera del Gobierno, Camila Vallejo, dijo hace cuatro o cinco años atrás que ellos no descartaban la vía armada si se daban las condiciones.
– ¿Lo que usted denuncia, se puede ver como un eslabón dentro de una cadena mucho más extensa?
Esto va de la mano de lo que ha sido el Foro de Sao Paulo y es una estrategia continental en el mundo de habla hispana. No me sorprendería que tenga también sus tentáculos ya en los Estados Unidos. Las protestas supuestamente de Black Lives Matter en Estados Unidos son copiadas al calco de lo que hicieron en Chile. En esto hay vasos comunicantes. Y tampoco me sorprendería para nada que hoy en día estén actuando organismos de la Inteligencia tanto de Venezuela como de Cuba, no solamente en nuestros países latinoamericanos, sino también para desestabilizar a los Estados Unidos, muy de la mano de los sectores de la izquierda más radical norteamericana.